Capítulo II

329 21 4
                                    

Enigmatic


-Alguien intenta clasificar corazones rotos y mentes retorcidas. Entonces puedo encontrar a alguien en quien confiar- Misguied ghosts de Paramore.


Capítulo II:


— Te ayudo. — Me voltee y observe a la chica albina que también estaba en mi grupo de apoyo. Acepte su mano, sintiéndome patética, y me incorpore con su ayuda. — Lamento eso. Logan a veces es un cretino.

—¿Está molesto conmigo? —Me atreví a preguntar, mientras sacudía mis pantalones.

—Oh, no lo creo... No es contigo el problema, es con todo el mundo.

—¿Y que le ha hecho el mundo para merecer su odio?— Inquirí yo, con una ridícula intriga.

Ella alzo los hombros. — Es un misterio.

Me pregunte si ella se refería a que Logan, en general era un misterio. O la razón porque odiaba al mundo era un misterio.

— Soy Aline. Creo que ya me conocías, estamos en el mismo grupo. — Aline me regalo una de las mas radiantes y amplias sonrisas. (Aunque seamos honestos, no recordaba nada como para comparar su sonrisa)

Yo asentí. — Lo sé. Soy Emma.

— Te recuerdo Emma. — Esta vez, Aline fue la que asintió. — En 20 minutos comienza el almuerzo, cuando terminan todas las revisiones medicas. Me preguntaba si querías almorzar con nosotros.

— ¿Quiénes nosotros?

—  Dana, Ian y yo.

No lo pensé demasiado.

— Supongo que si. Tengo que hacer amigos después de todo.

— ¡Genial! Nosotros seremos buenos amigos para ti.

La albina no espero a que yo le respondiera algo, cuándo desapareció por el pasillo, caminando con gracia y cierta alegría que no logre comprender. Supongo que ella se encontraba feliz después de todo, al parecer, lo que decía en el grupo, era verdad.

Entre a la habitación 1428.

— Buenos días Emma. — Me saludo un hombre con una bata blanca y una libreta marrón en su mano.

— Hola... — Susurré dudosa.

— No tienes porque tenerme miedo. — Me aseguro él. — Vamos a ver cómo esta tu memoria.

— ¿Por qué no puedo recordar nada? — Pregunté de forma inocente, casi patética.

— Al parecer cuándo intentaste suicidarte, tu cerebro recibió un fuerte choque ante la gran perdida de sangre. Lo que suponemos, los médicos y yo, fue que tu cerebro al igual que tu cuerpo se preparo para la muerte. Aunque, cómo no perdiste la vida, perdiste la memoria debido al daño que recibió tu mente. — Explico él. Agradecí que fuese breve y claro.

— Y... ¿Es permanente?— Pregunté con temor. No me gustaba la idea de sentirme vacía, cómo me gustaba. Es más, odiaba la idea de perder la memoria. Aunque la secretaria (cuyo nombre desconozco) me había dado un buen consejo, odiaba mi situación.

El medico tardo un poco en contesto, y eso hizo que mi corazón temblara. — No podemos saberlo aun. Todavía tenemos que ver como sigues, pero solo es cuestión de tiempo Emma. Puede... Puede que sea permanente, o solo temporal. Roguemos que sea temporal.

Mordisquee mis labios.

Definitivamente no quería perder mis recuerdos, no importa que tan miserables sean. No importaba que tan horrible sean, pero quería saber el por qué de mi intento de suicidio. No importaba que tan espantosos sean, quería recuperar mi memoria.

EnigmaticDonde viven las historias. Descúbrelo ahora