Enigmatic

Epílogo

Enigmatic.

-Soy libre ahora. Libre de vivir sin miedos. - Free Now de Sleeping With Sirens.

Epilogo.

5 años después...

Narra Tyler Doller:

Mis ojos se abrieron de golpe, despertándome entre jadeos. 

Parpadeé un par de veces, sintiéndome desorientado al principio. Observé el techo de madera en silencio, mientras sentía como el sudor que caía de los poros de mi piel había humedecido la tela de la almohada debajo de mi cabeza.

Después de tanto tiempo. No importa cuantos años pasaran las pesadillas no me dejaban dormir. Suspiré rendido, era la cuarta vez que me despertaba en la noche, era inútil. 

Miré el reloj que se encontraba en la mesa al costado de mi cama. 04:35 AM.

Me restregué las manos sobre mi rostro y traté de mantener mi mente en blanco. Los recuerdos me invadían nuevamente y parecía que nada de lo que yo hiciera iba a cambiarlo. Seguir recordando realmente no valía la pena, pero demonios ¿cómo se supone que iba a olvidarlo?

Habían pasado ya 5 años y yo seguía escarbando en el mismo agujero. Una y otra, y otra vez.

— ¿Tuviste una pesadilla, cielo?

Mi corazón dio un vuelco al escucharla. Su voz se encontraba un poco ronca debido al sueño, sintiéndose como miel dentro de mis oídos. Dulce. Siempre tan dulce.

Me giré sobre mi cuerpo para poder mirarla a los ojos.

— Lamento haberte despertado. — Susurré con pesar. 

Emma me miró durante un momento. Sus pequeñas manos que sostenían la sábana blanca que cubría su cuerpo desnudo, se acercarón a mi rostro para darme una suave caricia. Disfruté de su toque al mismo tiempo que cerraba mis ojos.

— ¿Aún no desaparecen?— Me preguntó.

Negué con mi cabeza, mientras abría mis ojos nuevamente. 

— Siempre es la misma.

Ella no alejó su mano de mi rostro y agradecí que no lo hiciera.

— Debes dejar de culparte por eso. — Habló Emma, con suavidad. — Ya han pasado años y...

— No puedo olvidarme de ello, así como así. — La interrumpí. — Y-yo he tratado, pero apenas cierro los ojos, te veo sangrando en el suelo. Yo... No-no puedo quitar esa imagen de mi cabeza. Lo intento, juro que lo intento, pero no puedo... No puedo. Yo... No puedo olvidar algo como eso.

Ella me miró con pena. Podía verlo en el café de sus ojos, su preocupación, su pena.

— Si no puedes olvidarlo, simplemente déjalo estar. — Replicó mi pequeña, en respuesta, sin darse por vencida con mi mierda y... conmigo. — No es bueno para ti, sentir tanto remordimiento por lo que pasó. 

— No es remordimiento, Em. Es culpa.

Mi novia negó con su cabeza, alejando su mano de mi mejilla. 

— Como sea. No quiero verte sufrir más. Estoy bien, Jason. Estamos bien, eso es lo único que importa. ¿De acuerdo?

Solté un suspiro, sin embargo asentí:

— De acuerdo. 

A pesar de que se trataba de la mentira más cruda que me había acostumbrado a decir. Sabía que por más cosas que Emma me dijera, por más años que pasaran, nada cambiaría el hecho de que yo casi acabo con su vida.