Capítulo XXII

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Enigmatic.


- Todo lo que toco se convierte en piedra. Así que envuélveme en tus brazos y déjame solo, no puedo soportarlo. - Blessed with a Curse de Bring Me The Horizon.


Capítulo XXII:


Narra Emma Slenn:

Apenas estaba consciente de la conversación que sostenían mis amigos durante el almuerzo. Estaba hipnotizada por las vueltas que le daba a mi brócoli con el tenedor.

Me sentía cansada, pero no era físico lo que sentía. Si bien, tenía algo adolorido el cuello, no se comparaba en absoluto a lo que a mi cabeza embrollaba.

Simplemente no estaba pensando en nada mientras jugaba con mi asquerosa comida, puesto que se me habían ido las ganas de pensar por la noche, durante las largas y tensas horas de insomnio.

Sentí que alguien tocaba mi hombro y vagamente, me giré hacía Ian Zenn.

"¿Vas a comerte eso?" Articuló con sus manos, dedicándome una media sonrisa. Sin decir u hacer nada, acerqué mi plato a él y este asintió. "¡Gracias, Emma!"

Besó mi mejilla y con un entusiasmo que envidié, se dispuso a comer.

Pensé en el infierno vivo que era la cabeza de Ian Zeen, y eso me entristeció la piel. Él era dulce, era la persona más maravillosa y especial que alguna vez iba a tener el derecho de conocer. ¿Cómo es que después de tanta mierda, él seguía de pie?

Oí cómo alguien corría una silla en nuestra mesa, y abruptamente hacía que tanto cómo Aline y Dana se callarán.

No vi quién era, pero por la respuesta de la pelirroja, ya me hacía una idea:

— ¿Qué haces aquí?

No oí respuesta para ella, pero sí para mí. — ¿Puedo hablar contigo, Emma?

Por la punta del ojo, pude ver cómo Aline fruncía el ceño, dejando intacta la incredibilidad en los rostros de Dana e Ian.

— Aléjate de ella, Logan. — Escupió rápidamente mi mejor amiga.

Levanté la mirada y vi cómo Logan le lanzaba una mala cara.

— Estoy hablando con ella, no contigo pedazo de... — No le di la oportunidad a Logan Meson de terminar, cuándo lo interrumpí con mi propia voz.

— ¿Quieres mi jugo Ian? — Musité, y en respuesta, Ian me sonrió. — Es todo tuyo. Los veo luego.

Me puse de pie y me dediqué a alejarme de la mesa, mientras escuchaba las palabras crudas de Dana Hocks: — Realmente se gana el nombre de «suicida».

Logan Meson iba tras mí.

— Al parecer, no soy bienvenido al grupo de freaks. — Murmuró el castaño, mientras le daba un pequeño sorbo a lo que parecía ser café. — Qué extraño, realmente pensé que era un freak también.

Hoy no tenía ganas para exigirle respeto, simplemente lo dejé pasar.

— ¿Qué sucede? — Hablé sin dejar de caminar, ni voltearme a verlo. Simplemente caminaba.

— Uhm... sonará estúpido, pero quería saber cómo estás. — Lo oí mascullar. — Supe que te medicaron para controlar tus percances, ¿no te hace nada la medicación?

Negué. — Ni siquiera la siento.

— ¿No te traerá problemas? — Yo alcé los hombros, restándole importancia. — Porque te medican de algo que no padeces, eso debe, quieres por favor detenerte un segundo. — Declaró Logan, robándome un suspiro cansado, me giré sobre mis talones y lo miré a la cara. — Realmente me preocupa eso, Emma. Tú mentiste para salvarme el pellejo, pero no creo que sea bueno para mi salud.

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