Capítulo 2: Ethan.

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-CAPÍTULO EDITADO Y CORREGIDO-

Por favor, si estás leyendo y te gusta, vota ¿sí? ME HARÍAS EL DÍA Y LA EXISTENCIA ENTERA.

Gracias por leer<3

— Maldita sea —susurra el milagro.

— Más bien, bendito seas —le corrijo—. Estás consciente de que eres el único chico que hay en todo el mundo, ¿verdad?

— Oh, créeme, lo sé. —Ríe amargamente.

— ¡Y eso es asombroso! —exclamo emocionada—. Pero, dime: ¿cómo es que nadie sabe de tu existencia?

— ¿Cómo estás tan segura de que nadie sabe de mi existencia? —Alza las cejas.

— Bueno —Río—, eres el único chico que queda en la faz de la Tierra. Podría jurar que si alguien más supiera sobre ti, la noticia no habría tardado en salir volando.

El milagro entrecierra los ojos hacia mí. Me analiza de pies a cabeza y me sonríe, pero la sonrisa no llega a sus ojos.

— Eres divertida —dice firmemente.

— Uhm, ¿gracias?

— Oh, no, no me agradezcas, no es un halago: Me refiero a que tu persona es graciosa. Eres como un chiste con piernas y cabello castaño.

Muy bien, ahora me siento ofendida. ¿Cómo se atreve?

— ¿Disculpa? —Lo fulmino con la mirada—. ¿Cuál es tu problema?

— Oh, no quieres saber la respuesta a esa pregunta. —Ríe sin gracia—. Tengo muchos problemas, niña, pero ninguno de ellos es de tu incumbencia.

— Bueno, déjame decirte que desde que tomaste la decisión de desahogar tu mal humor conmigo, se ha vuelto de mi incumbencia. —Apunto acusadoramente hacia él—. Y, por cierto, mi nombre es Kathery. No niña.

— Mira, niña, honestamente no me interesa saber tu nombre. —Sacude la cabeza con indiferencia—. Y, si me disculpas, ya se me hizo tarde. —Me sonríe socarronamente y pasa a mi lado, chocando apropósito contra mi hombro.

Me digo a mí misma, que cualquier mujer con dos neuronas habría dejado ir al chico, pues es insoportable y eso lo deduje de una conversación de menos de cinco minutos. Pero, vamos, es el único niño que ha habido en un siglo y medio, no pueden culparme por sentir curiosidad.

— ¿Adónde vas? —le pregunto y pongo la cara más inocente que puedo. El milagro se vuelve a verme y me fulmina con la mirada.

— No te interesa.

— Oh, créeme que sí me interesa. Una no ve a un chico todos los días. —Literalmente.

— Bueno, es cierto; pero eso no significa que te lo vaya a decir. —Se voltea y me da la espalda, emprendiendo su caminata de nuevo.

— Está bien: si no me dices, comenzaré a gritar como loca. —digo con inocencia falsa en mi voz y el chico para el seco—. Y sé que no quieres eso.

Veo como su espalda se tensa y suelta un bufido, y sonrió satisfactoriamente cuando da vuelta con las manos en puños y camina hacia mí.

— Escúchame muy bien, niña —dice mientras se acerca lenta y amenazadoramente. Bueno, eso resulta algo intimidante—: No sabes en dónde te estás metiendo, así que no busques problemas. Déjame en paz y vete por dónde viniste; olvida lo que acaba de pasar y olvida que alguna vez me viste, simplemente regresa a tu cómoda y feliz vida. Regresa a la ignorancia y no me molestes.

Kathery y el Único Chico de la Tierra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora