Capítulo 1: El Milagro.

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-CAPÍTULO EDITADO Y CORREGIDO-

La chicharra suena tan ruidosamente que hace que tropiece con mis propios pies y choque contra la puerta ya cerrada del aula de Informática Especializada. Por la ventanilla de ésta, alcanzo a ver como la profesora voltea hacia mi dirección y me fulmina con la mirada. Bueno, hasta ahora ha sido un día normal.

La Sra. Peerson camina grandes zancadas hasta la puerta y la abre bruscamente, provocando que vuelva a tropezar y caiga directamente al piso. Escucho una que otra risita por el espectáculo que me estoy montando: ya llegó la torpe de Kathery. Volteo hacia arriba y veo a mi profesora, que me regala una mirada molesta y arrugada

— Likson —Mi apellido suena como veneno en sus labios de pasita.

— ¿Cómo está, señora Peerson? —Le sonrío inocentemente. Es entonces cuando me doy cuenta que sigo tumbada en el piso, y que seguramente me veo ridícula.

Me paro rápidamente y sacudo el polvo de mi falda color gris metálico. Siempre he pensado que estos uniformes son extremadamente aburridos y deprimentes. Quiero decir, el metálico le da cierto toque moderno, pero honestamente, parece que nos han bañado con cemento de secado rápido. Y no lo digo solo porque la prenda me aprieta como si tuviera mente propia y quisiera cortarme la circulación de las piernas.

— Un retraso más y tendrá problemas, Kathery. Vaya a sentarse ahora.

Asiento avergonzada y tomo asiento junto a mi hermana del alma: Lyshia. Mi amiga voltea hacia mí con el ceño fruncido.

— Un retraso más y tendrás problemas, Kathery —susurra, imitando a la señora.

Reímos y volteamos hacia nuestros portáctiles.

∞∞∞∞∞∞∞∞

La última clase del día llega a su fin, y todas salimos ordenadamente del colegio. Lysh y yo vamos con nuestros brazos entrelazados y caminamos a paso rápido.

— Kathey... —me llama Lyshia. Oh no, así es como me dice cada vez que quiere pedirme algo a lo que sabe que me negaré rotundamente.

— ¿Qué quieres?

Ella se queda callada un momento y luego voltea a verme mientras nos detenemos frente a mi auto.

— Uhm, bueno, —Mi amiga me sonríe avergonzada —, ¿sabes que a mi madre le encanta salir a comidas sofisticadas con las Mouhley? —dice haciendo comillas con los dedos en la parte de comidas sofisticadas.

— Síp. —Asiento, mientras entramos a mi hermoso y nuevo bebé.

— Bueno, pues hoy iremos a una.

— Ah... Okay... —Asiento nuevamente, sin comprender—. Lo siento, no entiendo qué es lo que me estás pidiendo.

— Todavía no te he pedido nada. —Lysh suspira—. Iré yo sola a alcanzar a mi madre y a mi hermana, ya que decidieron que era más fácil no esperarme. Así que, yo estaba pensando, que sería lindo llegar en un auto nuevo, súper lindo y con el poder para restregárselo en la cara a la creída de Brythel Mouhley. —Mientras su explicación avanza, va disminuyendo el tono de su voz—. Y dado que yo no tengo un auto nuevo y súper lindo...

— Oh, no. —Niego con la cabeza—. No, Lyshia, ya sé a dónde vas con esto.

— Kathey, por favor. —Junta las manos como si estuviera rezando y hace un puchero—. ¿Sabes lo bueno que sería ver la cara de envidia de Brythel si me aparezco frente a su casa con tu súper bello Browse?

Sonrío ante la imagen de Brythel frunciendo el ceño, enojada.

— Sí, eso sería genial. —Dejo de sonreír —. Pero es demasiado pronto para prestarle mi bebé a cualquiera.

Kathery y el Único Chico de la Tierra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora