Capítulo 4.- Ataque por la espalda

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La oscuridad llenaba el corazón de la enana, haciéndole sentir un dolor fuerte, pero al poco cesó, sintiéndose de nuevo controlada. Unos orcos abrieron su jaula dejando que ella saliese a fuera.

Una vez salió le colocaron un pesado collar, por donde la llevaban hacia la sala donde estaba Saruman, esperándole con una sonrisa cínica.

-Quiero que veas tu nuevo rostro, quiero que sepas como van a verte ahora.-Dijo sonriendo esta vez malvado mientras un espejo se acercó flotando hacia ella.-Mírate, ¿No estas más bonita? Ese aspecto de Mordor... Me encanta...

Su cuerpo había aumentado, haciéndole mucho mas robusta. Su pelaje era menos abundante en el lomo y patas, los cuales se componían de dos tonos grises apagados, uno muy oscuro y otro mas claro. De su pata izquierda colgaba un grillete con varias piezas de la cadena, que sonaban cuando mantenía contacto con algún suelo compuesto de roca.

Su cabeza se extendía con una larga melena, dura y suave que tapaba parte de su lomo. De usa de sus orejas tenia un anillo azul que le marcaba como propiedad de mordor. EN su frente, encima de sus ojos azules yacía una marca de pelaje más claro.

-¿Ves? Así es mucho más identificable, mas que tu anterior forma...-Comentó mientras le miraba.-Aunque, siempre que quiera camuflarte de nuevo con ellos solo he de quitarte este anillo.-Lo quitó con fuerza haciendo que ella aullase de dolor haciendo que cayese al suelo, dejando su anterior pelaje al descubierto.-Pero esta no es la ocasión.-Le volvió a poner el anillo.-Ahora debes atacar a uno de tus amigos.-La imagen de Gandalf apareció en su mente.-Acaba con él.

Ella no pudo controlarse, salió rápida hacia el bosque, corriendo más veloz que el aire, silenciosa a pesar de sus cadenas, con sed de sangre.

Llegó a la zona donde el mago se estaba acercando en una hora, y se escondió en unos matorrales al oler al mago cerca. Una vez se acercó el mago ella se abalanzó contra él, pero por suerte él puso su bastón bloqueando aquel ataque tan feroz.

-¡Sabia que ibas a aparecer!.-Le gritó lanzandola con su bastón.-Saruman, abandona su cuerpo ¡De una vez!.

El silencio estuvo en aquel ambiente varios minutos hasta que la loba le volvió a atacar por la espalda, haciéndole caer, sin casi alguna defensa. La loba se aprovechó de esta situación deshaciéndose de la ropa de este mago, para dañarla. Quería dañarlo y matarlo lentamente como una tortura, haciendo de esa cacería una diversión para ella.

Pero por suerte del mago, una daga dio en el lomo de la loba haciéndole rugir de dolor y de furia. El mago podía observar como sus patas temblaban y como su expresión se notaba de asombro, parece ser que estaba volviendo a la normalidad, cuando un chico joven, moreno y de pelo oscuro se abalanzó contra la loba haciéndola volver a su estado salvaje, intentando defenderse cuando desapareció dividiéndose en pequeños pedazos teletransportandose donde su amo, Saruman estaba controlandola.

-He estado bien, pero debes ser más rápida.-Sonrió de lado.-Vamos a castigarte un poco.-Saruman chasqueó los dedos haciendo que un orco le arrancara de cuajo la daga de su lobo, haciéndola rugir de dolor. Su herida se cerró con un humo negro que hacia que su piel quemase, pero luego le diese alivio.

-Como me has divertido, no voy a castigarte severamente, pero a la próxima deberás matarlo o echarás en falta algo.

Los orcos se llevaron a Daga a su celda, arrojándola mientras esta volvía a ser una enana de nuevo. Cuando logró volver a su forma de enana, no quiso levantarse, estaba dolida por dentro ¿Que pensaría gandalf de ella? Ahora sabía donde estaba y en que bando jugaba... ¿Pero sabría con que reglas jugaba? La enana estaba aterrada.

Mientras tanto, Gandalf se levantaba, desorientado y aterrado de lo que acababa de ocurrir, sabía que no iba a ser el último golpe de Saruman usando a Daga de marioneta. Una vez logró levantarse, miró al joven, que estaba agachado cogiendo aire.

-¿Esta bien?.-Le preguntó el joven.-¿La criatura le dañó?

-No, gracias a vos he podido escapar de sus garras.-Dijo agradecido Gandalf.-Soy Gandalf El Gris.-Acompañó con una reverencia.

-Yo soy Dastan.-Dijo devolviendole la reverencia.-¿Que hace un mago por estas tierras tan oscuras?.-Preguntó este mientras se le acercaba.

-Iba en busca de esa criatura, la estaban controlando, ella era una buena chica...-Dijo con una voz oscura.

-¿Eso era un humano? No creo que sea posible crear tal criatura.-Dijo extrañado.

-Nunca pongas en duda el poder de Saruman joven, no sabes con que te vas a encontrar.

Dastan asintió y vio el bastón de Gandalf tendido en el suelo, y se lo dio.

-Gracias.-Comentó el mago.-¿A donde os dirigís joven soldado?

-No tengo rumbo.-Acto seguido apartó la mirada y cerró los ojos.

Gandalf sonrió con una gran idea en su cabeza. Sabía que cuantos más fueran en la nueva compañía antes sacarían a su querida enana de aquella jaula enorme que seguramente sería su infierno.

-¿Te parece acompañarme a mi en busca de la criatura? Me gustaría tener la espalda más segura.

Dastan le sonrió como afirmación y Gandalf asintió poniéndose en marcha con su nuevo compañero. Sabía que había hecho bien esta vez.

Mientras, Daga seguía tumbada en el suelo, escuchaba como los orcos hablaban de hallar esa reliquia que tanto quería su amo para volver a dominar la Tierra Media. Ella reconoció la historia, uno de sus amigos en su tiempo de vagabunda le explicó toda la historia de El Anillo Único, y sabía que si los orcos lo encontraban todo estaría acabado. Cerró los ojos tras pensar en aquello y al abrirlos vio algo brillar en el suelo. Se acercó a ese objeto y lo reconoció, seguramente había salvado durante un tiempo a la Tierra Media.

Agarró el anillo despacio y se dedicó a intentar sacar una piedra de las paredes de la mazmorra donde la tenían atada todo el día, para poder esconderlo ahí dentro y poder guardarlo en secreto durante un tiempo. Una vez sacó la piedra, metió el anillo en el agujero, y lo cerró con la pequeña esperanza de que si lograba salir, pudiera llevárselo de nuevo con ella y poder pedir consejo a Gandalf... Si no lo mataba antes.

La Princesa bajo la Montaña ~ OʟᴠɪᴅᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora