Capítulo 6.-Ophal...

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El tiempo pasaba volando mientras Lya, Bilbo y Alex galopaban hacia el destino, un poco incierto, a salvar a una de sus mejores amigas que en estos momentos estaba en peligro inminente.

El único que no conocía a Daga era Alex, pero en sus ojos se podía ver el ímpetu que ponía en rescatarla, sinceramente se le notaba emocionado por conocer a una de las princesas mas conocidas por todos los reinos.

El galope de Lya era mucho más ligero que el de los demás, se notaba que quería llegar antes, se notaba en la manera de agobiar al caballo, dando golpes suaves con la brida, logrando encontrar un sendero que llevaba a un bosque, el cual le dio una corazonada, era por allí.

Torció el rumbo siguiendo ese camino, estrello y lleno de piedras que hacían que el caballo tropezase sin cesar.

Para la sorpresa de esta, tuvo que frenar rápidamente ya que alguien encapuchado junto al joven estaban siguiendo el camino por donde ella iba tan rápido.

-¡¿Gandalf?!.-Gritó asustada la elfa.-Que... ¡Entonces es el camino correcto!

-¡¡Lya Hojaverde!! ¡Una elfa muy insensata! ¡Te dije claramente que no me siguieses!

-No voy a dejar a una amiga en peligro.-Dijo mientras frenaba el caballo que se había alterado.

-¡Vuelve!.-Gritó de nuevo el mago.

-¡Jamás!.-Dijo la elfa, mientras los otros dos le seguían.

Gandalf gruñó sin poder discutir con aquella elfa, tan cabezona, que a veces le sacaba de las casillas, pero lo pensó de nuevo.

-Vendrás, pero cuando te diga corre, es corre.-Dijo algo mosqueado, sabía que se equivocaba, pero así podría evitar un tremendo dolor de cabeza.

Lya y los demás les siguieron. El joven estaba algo nervioso, había reconocido quien era aquella elfa que estaba discutiendo hacia poco con el Mago, era la hermana del príncipe Legolas, y eso le convierte en una princesa.

-Hola... Supongo que eres Lya Hojaverde.-Dijo intentando entablar una conversación con ella.

-Sí, esa soy yo.-Dijo mientras aminoraba el paso del caballo para que él no se cansara.-¿Y vos?

-Soy Dastan.-Dijo mientras le miraba.-Encantado de conoceros

-Igualmente Dastan. ¿Que os trae por aquí?

-Acompaño al mago hacía la tierra oscura, Mordor, a salvar a una criatura.

-Daga...-Dijo en susurro, mientras Dastan le miraba.-¿A que se refiere expresándose a "Criatura"?

-Un lobo de grandes dimensiones, oscuro como la noche, con aspecto de provenir de mordor, pero unos ojos azules que podían verse en la oscuridad completa.

Lya se quedó parada mientras el caballo seguía su camino. Aquella descripción no le había gustado nada ¿Que le habrían hecho? ¿Estará bien? ¿Le recordaría? Todas esas dudas estaban en la mente de Lya, la cual estaba en estos momentos colapsada.

-¿Q...Que?.-Es lo único que logró pronunciar antes de que se pusiera pálida.-¡¡Como ha podido ocurrir eso!!.-Gritó haciendo parar a todos, mirándoles asombrados.-¡¡Daga!!.-Gritó de nuevo asustada, haciendo que el caballo saliese al galope por el camino, yendo a toda prisa a por su amiga antes de que fuese tarde.

Mientras tanto, Daga descansaba en su celda mientras empezó a notar de nuevo ese dolor inmenso en su corazón, Saruman jugaba con ella.

-Descansas demasiado, y me gusta que te diviertas.-Dijo en un tono irónico, apareciendo de la oscuridad.-Levanta.-Le ordenó.

Daga se levantó sin más remedio. Sabía que si no hacia caso, él le haría más daño. Ophal se escondió en su pantalón, para que Saruman no pudiese verla.

-Acércate.-Ordenó de nuevo.

Daga sin rechistar lo hizo. Saruman le cogió de su melena, la cual se había formado en aquellos días, y la cortó con violencia dejándolo de nuevo corto, mas de lo normal.

Daga cerró los ojos al ver aquel cuchillo, y notó como su nuca estaba libre de esos pelos sucios y enmarañados, haciéndose preguntar porque había hecho esto.

-No quiero que mi pequeña asesina este en malas condiciones.-Rompió el silencio.-Será mejor que te prepares, pronto saldrás a cazar, aunque esta vez te acompañaré.-Dijo volviendo de nuevo a las sombras.

Daga cayó de rodillas justo después de que Ophal saliese de sus pantalones, estaba machacada, no podía ver más esas matanzas que creaban sus zarpas, le dolían mucho.

-No puedo matar a nadie más... No quiero hacer cosas fuera de mi voluntad... ¡Debí quedarme!.-Gritó lamentándose.

-Daga, no digas tonterías.-Dijo Ophal mirándole.-Ahora estas perdiendo esta guerra, pero hoy, podemos dar un giro de 360º.-Dijo mirándole a los ojos.

-¿¡Como demonios lo hago si no tengo el control de mi cuerpo!?

-Me tienes a mi Daga, no estas sola ahora, lo sabes.-Dijo Ophal intentando calmarla.

-No creo que podamos.-Dijo con un suspiro mientras miraba por la ventana enana de su celda.-Pronto perderé de nuevo el control, ponte a salvo Ophal, no quiero dañarte, me duele a mi también.-Dijo separándose de ella.

Al cabo de los minutos, la luz de la luna le alumbró, haciéndole caer en el suelo, retorcerse de dolor empezando a transformarse de nuevo, acabando en un aullido frió que dejaba la piel de gallina.

Aquella transformación dejaba a Ophal sin aliento, pero debía seguirla, así que se convirtió en una pequeña mosca para pasar desapercibida.

Los orcos soltaron a Daga, que salió disparada hacia sus próximas víctimas, mientras que Saruman salía en un carruaje tirado por orcos menospreciados.

Daga corría sin parar, hasta llegar a toparse con el caballo de Lya, enseñando los dientes y erizando su pelo, haciendo que la elfa gritase de pánico, aquella escena no era muy agradable.

-¡¡Gandalf!!.-Apenas se pudo entender la palabra, sus manos temblaban, y ella no podía ver bien, el miedo le consumía por dentro.-¡¡Gandalf!!.-Gritó de nuevo, viendo aparecer al mago y a los demás.

-Daga,,.-Dijo el mago pacífico, acercándose despacio a la loba para poder tranquilizarla.-Soy yo, Gandalf...-Dijo acercando la mano lentamente.

-¡¡No lo hagas!! ¡¡Acabará contigo!!.-Gritó la pequeña Ophal, transformada en un ocelote.-¡¡No sabe lo que hace!! ¡¡Iros!! ¡Iros antes de que llegue él!.-Antes de que pudiese acabar, la mano de Saruman agarraba por el cuello a Ophal, ahogando por lo tanto a Daga.

Sus patas temblaban mientras Saruman apretaba con fuerza. Sabía que Ophal era una mala influencia para Daga, podría hacerle recobrar el sentido, y por eso, debía matarla con todas sus fuerzas, sabiendo que acabaría con Daga.

-Da... Daga...-Dijo apenas con fuerzas aquella criatura, mirándole con esperanza.

Daga estaba mirando al suelo, forzando las patas y aguantando aquel dolor que estaba causando Saruman en las dos, estaba matándolas lentamente. Pero no todo acabó aquí, Daga logró mover una de sus patas, esforzándose al máximo mientras se giraba para ver a Saruman una última vez.

Alzó sus patas traseras a la vez que las delanteras, agarrando el brazo de Saruman, logrando liberar a Ophal, la cual huyó detrás del mago. La loba, se soltó y echó para atrás agarrando carrerilla.

Una vez logró tener el suficiente espacio, saltó sobre Saruman y todo se volvió oscuro para ella.

La Princesa bajo la Montaña ~ OʟᴠɪᴅᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora