El día amaneció y daga se despertó, notaba un olor extraño por la zona, así que se levantó para ver que estaba ocurriendo, y lo descubrió. Allí estaba el trineo de Radagast, aparcado con los conejos descansando.
-¿Que narices hace esto aquí?.-Se preguntó la enana mientras se acercaba al trineo, justo cuando notó la voz de su amigo cerca, hablando solo como siempre.
-Un par de bayas más y ya tendré el desayuno para estos dos.-Se le escuchaba decir.-Creo que así tendrán suficiente, aunque no se como darle la noticia a la pobre Daga....
-¿Que noticia?.-Irrumpió la enana apareciendo cerca de él. Ella pudo notar como Radagast se estremecía.
-Nada.-Dijo mientras se callaba de repente, pero a la enana no le iba a convencer con tal explicación.-Te lo explicaré cuando desayunéis, ahora despierta a tu amigo.
Ella suspiró y fue hacia donde estaba Jon durmiendo. Se sentó a su lado y movió uno de sus hombros despacio, pero este no reaccionó, así que lo movió con más fuerza obteniendo el resultado de un largo ronquido.
-Será dormilón.-Dijo entre dientes mientras se levantaba y buscaba algo de agua para echarle por encima.
Una vez lo encontró decidió ir sin más y echarla, sin avisar. Y así lo hizo, esperó diez segundos y echó toda el agua en su cara,haciendo que este se despertase alarmado, pero se dio cuenta de que todo fue obra de Daga.
-¿Que demonios hacías..?.-Preguntó el joven aún dormido.
-Tenemos visita, no iba a dejarte durmiendo.-Dijo mientras se sentaba para recibir el desayuno que Radagast traía.-No iba a dejar que te quedases durmiendo todo el día.
-Tomad.-Dijo ofreciéndoles un puñado de bayas y varios trozos de pan elfico.-Aprovecharé mientras desayunáis a contaros lo que vengo a deciros.-Y dicho esto se aclaró la garganta.-Se han visto hordas de orcos por aquí, hordas poderosas y grandes, pero en una de ellas había algo más que orcos.-Entonces miró a daga la cual le devolvió una mirada confusa.-Han atrapado a Lya y a Dastan.-Dijo con voz seca. La enana al escuchar aquellas palabras se estremeció, pero dejó que el mago se acabase de explicar.-He hablado con varios habitantes de por aquí.-Dijo refiriéndose a los animales.-Y cuentan que se los han llevado a Mordor, allí los encarcelaron.
Daga se levantó, toda su comida se cayó al suelo, todo el hambre que tenía se había desvanecido. Empezó a meter todo lo que había sacado la anterior noche en la alforja y fue a subir a su caballo cuando un pájaro con una pequeña bolsa se posó en Radagast, convirtiéndose en un hurón.
-¡Daga!.-gritó este apenas sin fuerzas, haciendo que la enana se girase y pudiese observarle.
-¡Ophal!.-gritó bajando de su caballo y corriendo hacia él. Este dejo caer una bolsita, la cual ella abrió con rapidez, viéndose de nuevo con el anillo.-No... No puede ser.-Dijo ella observándolo.
-¿Cómo sabes de su existencia?.-Preguntó Radagast
-Lo quemamos...En un río de lava.-Dijo Daga, mirando el anillo.
-Me temo amiga... que ese anillo no se podrá derretir si no es en el volcán donde se creó.-Dijo Radagast.-El volcán que yace en Mordor.
Daga guardó el anillo en la bolsa que trajo Ophal y miró a Jon. Este supo lo que la enana le decía y asintió recogiendo sus cosas.
-¿A donde os dirigís Princesa?.-Preguntó Radagast.
-Me dirijo a salvar el mundo de este anillo, a salvar a mis amigos y acabar con esto de una vez.-Radagast le miró con cautela.-O tal vez solo me vaya a donde la muerte me espera.-Dijo mientras cogía a Ophal.
-Tened cuidado por el camino, pues una magia oscura se está apoderando de este.
-No dudes en que lo tendré.-Dijo montando en su caballo y esperando al Joven, el cual se puso a su lado.
Los dos se despidieron del mago y empezaron a galopar hacía Mordor, una tierra oscura y devastada, llena de orcos y de magia negra. Era la tierra de Saruman, donde ella había descubierto por primera vez aquel anillo el cual deseaba no haberse encontrado jamás
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La Princesa bajo la Montaña ~ Oʟᴠɪᴅᴀʀ
Fantasy---------Pausada hasta nuevas ideas----------- Despúes de una devastadora aventura, Dagaryte esta destrozada, simplemente el dolor no le deja vivir. Obligada a dejar Erebor por el dolor interno, decide volver con Bilbo, Lya y Jon a la comarca. Allí...