Capítulo 20 .- Dastan

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-Debemos acabar con él.-Comentó uno de los vasallos mientras observaba al joven encadenado en la pared.-Debemos hacer sufrir a la chica presenciando su muerte.

-No.-Se escuchó decir a una voz familiar, Sauron estaba enfadado.-No podemos dejar que él muera, la chica podría acabar con su vida y nuestra gran enemiga no vendría jamás... Además no contamos con el paradero del anillo, ellos lo saben, hay que interrogarlos.-Miró al vasallo.-Interrogarlo con el báculo de sorne.

-Si no responde...-El mago no dejo contestar al vasallo.

-Hazlo. Si no responde hazlo.-Dijo el mago saliendo de la estancia.

Durante unas largas tres horas para Dastan, el vasallo le preguntaba preguntas y lo azotaba con el ánimo de hacerle responder. Al ver la negatividad del joven, el vasallo empezó a hablar sobre el báculo de sorne.

-Veo que hoy va a ser el último día... Que este báculo funcione de nuevo.-Dijo observándolo.-¿Sabes de que se trata? Es el Báculo de sorne... Y con esto... puedo realizar un conjuro no totalmente mortal, pero sí a largo plazo.-Dijo acariciando el orbe del báculo.-Si no respondes... Lo usaré.-Dijo mientras la bola se iluminaba más y más.-¿Donde está? ¡¿Donde está el anillo?!.-Gritó con todas sus fuerzas, Dastan no pudo más que pronunciar un leve "No tengo ni idea de lo que me estás hablando".-¿Así que esas tenemos? Dale un saludo al señor de los infiernos.-Apuntó hacía el joven y disparó toda la energía, haciendo que este lanzase un grito descorazonador que llenó todo el silencio del castillo.

-Pobre de él.-Dijo uno de los encarcelados, llamando la atención de Lya.-Ya es demasiado tarde, estamos todos condenados a morir.

La palabra morir rebotó en la cabeza de Lya, haciendo que se moviese instintivamente hacía la verja de su celda y miró a aquel hombre desarrapado y delgado.

-¿Mo...Morir?.-Preguntó la chica.

-Sí...-Dijo con tristeza el hombre.-Han empezado a usar el báculo de sorne. Un báculo que te induce al sueño eterno y mueres por sed y hambre lentamente... Quien recibe ese conjuro no vuelve a ver la luz del sol jamás.

Lya realmente empalideció. ¿Era verdad que habían usado aquel báculo? ¿No iba a volver a ver a su amigo Datan? ¿Era el final? Ya era imposible, había sufrido un duro golpe y su corazón se había roto en mil pedazos, el hombre al que amaba estaba prácticamente muerto.

Unos soldados entraron en las celdas. Ella se dispuso hacia atrás, pero los soldados fueron decididos a su celda y la abrieron. ¿Por que tanta decisión? ¿Era una orden clara? ¿Iba a morir...? Todas aquellas dudas se aclararon cuando el soldado que parecía más joven se acercó a su oreja.

-No temas.-Dijo intentando cambiar de voz.-Soy alguien que jamás te imaginarías que estaría aquí.

La chica soltó su brazo y miró a los ojos del soldado, el cual sonrió.

-Dar...

-Shhhh...-Dijo el soldado.-Nadie debe saberlo.-Comentó la joven.-Es hora de salir de aquí. Jon y yo venimos a rescataros...-Dijo mientras salían de allí.-¿Y Dastán?

-Lo llevaran a la torre más alta de Mordor, allí se lo comerán los cuervos.-Comentó el viejo de antes.-Corred antes de que os pillen chiquilla, salvad vuestras vidas...

Daria arrastró a Lya con la ayuda de Jon. Iban a ir fuera de aquella ciudad, querían sacar a Lya de allí para encargarse ellos dos de lo más importante de aquella misión, acabar con el anillo único.

-Parad..-Dijo soltándose Lya en mitad del camino.-Tenemos que salvar a Dastan, no me voy a ir de aquí sin él.

-Lya... Escuché que le hicieron, no vale la pena salvarlo, no tiene salida...

-Yo... ¡Lucharé por Dastan hasta el final!


La Princesa bajo la Montaña ~ OʟᴠɪᴅᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora