El ejercito de Dumbledore

385 26 0
                                    

Capítulo 16

"El ejercito de Dumbledore"

En esa mañana le tocó pelear con su cabello, después un par de días ignorándolo, ya era necesario peinarlo después de sólo acomodarlo con los dedos toda la semana. El problema era que justo ese día irían al pueblo cercano y no quería llegar tarde tras todos los planes que tenían.

-Estúpido peine- hace una mueca al ver como se parte en do y una de esas queda atorada en entre sus rulos descontrolados.

Sin embargo, no estuvo al tanto de como una Lavender arrepentida le miraba desde lejos, fue hasta que la chica se acercó y dejó una botella lo que parecía una poción para desarrendar que pudo notarla.

-Gracias- respondió aún temerosa de incomodarla

-¿Te ayudo? - la pelinegra asintió, aun intentando descifrar porque tras ignorarla, ahora parecía dispuesta a hablarle más de lo necesario. -Harriet... Perdón por todo, yo sé que no fue tu culpa...

-Ya está olvidado Lavender- le sonrió de lado, por el espejo. Entendía perfectamente el miedo a no poder volver a Hogwarts.

-Pero no debí... yo de verdad sabía que no podías haber inventado algo como eso sólo me enoje demasiado cundo mis padres me dijeron que no volvería.

-Entiendo, son tiempos difíciles... pero es bueno que estés de vuelta y no me refiero sólo a Hogwarts.

-Yo también me alegro de estar de vuelta- Con eso, siguió acariciando su cabello con la poción hasta que un nuevo peine pudo pasar entre su cabello con mejor facilidad, seguía voluminoso y desordenado, pero ya al menos lucía decente, y era lo mejor que podía esperar.
-

La llegada a Hogsmeade fue como de costumbre. Decidieron que irían en grupos separados para no llamar la atención, según la estrategia Slytherin, si demostraban distancia entre ellos, podrían infiltrarse con Dolores y controlar las cosas desde adentro. Blaise se están encargando de ello, era un adulador profesional; sabía que decir para complacer a las personas y falsamente darles sensación de control. Y, a decir verdad, Dolores Umbridge era presa fácil.

-¿La gran niña que vivió anda nerviosa? - Una voz clara y grave sonó cerca de su oído izquierdo sacándola de sus pensamientos. Theo.

-Sabes que odio ese nombre. - Con su mano empujó levemente a su amigo.

-Lo sé- se encogió de hombros con una sonrisa ladina. -No debes porqué estar nerviosa, sólo sabe gente de confianza y quien no quiera, se irá, igual si no hubiera nadie, con sólo nosotros ya tienes un buen número de alumnos- le recordó.

-No me preocupa la cantidad- Admitió, pues tenía en mente una cantidad, contemplando entre ellos a sus amigos más cercanos. -sólo no sé si sea una gran maestra, no quiero arruinar esto.

-Tonterías, Draco no para de decir lo genial que serás, lo bien que aprendes- le alentó -y no es desde ahorita, incluso en el torneo, no dejaba de decir que eras buena en defensas, siempre habla de ti.

Estaban en Cabeza de puerco, esperando a todos, bebía una cerveza de mantequilla mientras esperaba, Hermione y Ron llegaron más tarde, la castaña traía consigo un pergamino. Pronto sería la hora de la reunión, lo supo porque no dejaba de mirar el reloj de cuero en su muñeca.

-Si sigues así entraras en colapso, Florecita- Sonrió aliviada ante su llegada, tenerlo cerca le daba la tranquilidad que necesitaba.

-Creí que habíamos acordado que en público volvería a ser Potter- un divertido Blaise rodó los ojos al escuchar el apodo. -Así no nos creerá el teatrito.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tal vez en esta vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora