Tal vez en esta vida.

El final de una historia

Capítulo 11

"El final de una historia"

La escena estaba llena de desolación, desesperanza y pena, se escuchaban el llanto ahogado y murmullos agónicos en un sepulcral silencio. El cuerpo de Cedric Diggory yacía en el suelo, sin vida -una vez que pudieron apartar a la chica pelinegra que le lloró hasta quebrarse por completo-, rodeado de los profesores o autoridades que despejaban el área para esperar a sus familiares y esperar el procedimiento debido.
Harriet se aferraba a Draco con tanta fuerza, de rodillas en el suelo a unos cuantos metros de donde había aparecido momentos atrás, aferrada a él. Ya nadie evitó que el estuviera ahí, al ver la forma desconsolada en la que la chica se rompía ante él y lo abrazaba con miedo de perderlo también.

-No te vayas- susurraba. Oía de manera lejana y distantes el bullicio a su alrededor, a pesar de ser tan fuerte y estresante. Las punzadas en su cabeza la mantenían aturdida. -Tú no, no... Por favor tú quédate, dragón.

Balbuceaba, involucrada en una clase de shock en el que apenas y asimilaba lo que pasaba, lo único de lo que estaba consciente era que Cedric no volvería y definitivamente no permitiría que nadie más en especial su rubio fuera el siguiente.

-Tranquila florecita, no me iré- se mantenía firme, aunque verla de esa forma y el ambiente de caos a su alrededor era demasiado. -Estaré contigo.

Acariciaba su espalda, luchando su propia batalla de mantenerla lo más cuerda posible entre el bullicio que se desató una vez todos cayeron en cuenta que había un cuerpo inerte en medio del campo.

-Permanece a mi lado, Harriet- La voz del director se hizo escuchar, aunque se dirigía a Draco, porque la chica estaba más que aturdida. -No es seguro que se aleje.

-Debe ir a la enfermería- el rubio se puso de pie un momento, acercándose al director. Señaló la pierna donde la sangre seguía saliendo de manera rápida. -De verdad la veo muy mal.

-Debo hablar con los señores Diggory y mantenerla...- Su mirada se detuvo atrás de Draco, donde solo unos instantes atrás, estaba la pequeña Potter, el rubio giró, sorprendiéndose igual, entrando en una desesperación.

-¿A dónde ha podido ir? - Miró a todos lados, pero la multitud arremolinada a su alrededor le impedía una visión clara.

-Encárguese de buscarla señor Malfoy- Pidió el contrariado director que debía estar presente para hablar con los padres del ya fallecido Hufflepuff y al mismo tiempo temía por la seguridad de Harriet.

Porque solo bastó un segundo de la atención de Dumbledore y Draco, para que Moody jalara a la pelinegra.

-Ven conmigo pequeña.

-Dumbledore dijo... - Apenas musitó con una voz entrecortada, pero ero buscando con la mirada a una cabellera rubia, eso era lo que realmente le importaba en esos momentos. -Draco...

-Ya irán con nosotros- comenzó a jalarla entre la gente lo más normal posible., camino al castillo.

-No, el... Dijo...- Intentó detenerlo, pero luego todo se volvió negro. Desmayada a causa de un encantamiento aturdidor, fue llevada más de prisa al castillo.
***
Hermione alarmada miraba todo con algo de distancia. A ella al igual que al resto no les dejaban pasar, a esas alturas ya estaban juntos sus amigos de Gryffindor y tres serpientes.

-Qué diablos... ¿cómo es posible que... Cedric? - La voz temblorosa de Neville fue interrumpida por un grito desgarrador, tanto o incluso peor del que Harriet había soltado tras aferrarse al cuerpo sin vida de Cedric. El padre de Cedric lloraba sin consuelo a su hijo, todos parecieron estremecerse ante la escena.