Harriet crocante a la orden

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Capítulo 5

"Harriet crocante a la orden"

Estaba tirada en medio del aula de desuso, mirando el techo mientras su respiración era cada vez más lenta, luego de intentar más de veinte veces el hechizo convocador

─Lil...

─No me sale, igual voy a morir mañanas─ sentencia. El rubio tallaba su cien en busca de paciencia.

─Hazz.

─Moriré a los 14, y seré conocida como la niña que vivió para ser comida por un dragón. Dile al director que no debe cambiarle el nombre a la escuela, con una estatua basta.

─No, Harr...

─Será una muerte segura, quizá me rostice y luego me...

─ ¡Cállate Potter! ¡No vas a morir, y ningún maldito dragón va a comerte! ─ La morena saltó tan alto que al caer se golpeó la cabeza del susto. ─ ¡Ahora levanta tu trasero y vuelve a practicar ese maldito hechizo o te cumpliré lo de una muerte segura!

La dejó sin habla, nunca lo había visto perder la compostura, y ahora respiraba alterado y nervioso a la vez.

─No vas a morir... no puedes morir ─ su voz sonó un poco más rota esta vez. Ella entendió que no era la única bajo presión, Malfoy había pasado todas las tardes antes de la cena y luego poco después de la media noche practicando y entrenando sin descansar.

─Perdón... es decir estoy asustada, y no me doy cuenta que también les afecta a ustedes─ se pone de pie hasta su lado, y recarga su cuerpo a su lado dándole un abrazo. Su dragón había sido el ultimo en resistir, Mionie golpeo su cabeza esa mañana y Ginny soltó algunas maldiciones la noche anterior.

─Es comprensible, aunque eres buena tienes desventaja, ellos son mayores...─ Explica con una mueca. ─Igor anda presionando a Viktor, vamos a cada rato en la biblioteca, tienen un entrenamiento muy bueno.

─Si Mionie se queja que sus seguidoras andan haciendo ruido todo el tiempo y Ron parece estar de acuerdo con ella, aunque no estudie en realidad─ Mira por la ventana algo sucia por el descuido y falta de uso ─Fleur también parece tener un buen entrenamiento, y oí por Fred que Cedric era muy bueno también─ Sus ojos se ensombrecieron, por un momento se sintió pequeña ante la perspectiva de la gran desventaja que tenía a sus competidores. ─Perdona por no ser muy optimista ante mis posibilidades.

─Eres la jodida niña que vivió, rendirte no es una opción... Debes salir completa y viva de ahí─ Sonó firme, no era una sugerencia. Tomó su mano en un intento de darle fuerza. ─Promételo.

─Lo prometo─ La pelinegra sintió un bulto entre sus agarré y cuando draco soltó su mano, dejó dentro algo entre su mano. ─ ¿Tu anillo?

Ese singular distintivo que tenía el rubio, amaba su anillo, en el primer año le contó a Harriet creía que le ayudaba a sentirse seguro.

─Tómalo como un préstamo─ le sonríe. ─Devuélvemelo cuando salgas a salvo de este estúpido torneo.

***

Ese día podría ser el último, y Harriet lo sabía, intentó estar lo mas relajada posible, aunque fue algo complicado, pero lo intentó, con sus amigos, los gemelos intentaron animarla y distraerla, hasta que fue momento de la primera prueba.

Después de las indicaciones sobre la prueba y una plática con Ludo Bagman, Harriet volvió a tienda y vio a Cedric que salía, con la cara más verde, debido a los nervios que ella misma entendía. Harriet tomó su brazo delicadamente.

-Suerte Cedric, sé que lo harás muy bien- estaba de más el decir que ella misma ya había imaginado más de 8 maneras de morir a causa de esos dragones. Sintió el cuerpo del castaño relajarse ante su tacto y le sonrió de vuelta.

Tal vez en esta vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora