Prólogo.

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Alexandra con 18 años.

1.

Mi mundo parece detenerse con cinco palabras.

— Vamos a cancelar la boda.

Abro la boca para decir algo pero no soy capaz de decir nada.

Mi cuerpo parece volver a reaccionar pero cada parte de el duele, es un dolor tan grande que creo que voy a morirme ahora mismo.

— ¿Por… Por qué? — le pregunto como un murmuro.

Nos amábamos, no, yo lo amo.

— Lexa por favor — ruega y no entiendo porque él se ve miserable si a quién le están rompiendo el corazón es a mí — no me hagas esto y no te lo hagas a ti misma. Solo… Rompamos.

Veo el anillo de compromiso en mi dedo pero recién noto que Dereck ya se quito el suyo.

Mis ojos arden y lo siguiente que siento son las lágrimas caer por mis mejillas, trato de ahogar mis sollozos porque sé que luzco lamentable pero ahora mismo siento que todo lo que creía es una mentira.

— Por favor Lexa, deja de llorar — pide en un ruego mirando nervioso a las demás personas.

No soy consciente de mi alrededor.

— No… No me dejes — ruego sin saber que más hacer — te amo. Por favor no… No me hagas esto. Nos vamos a casar Dereck.

Su mirada es de lastima y eso me hace tragar saliva. Sabía que estaba actuando raro pero creí que eran nervios por el matrimonio.

— Alexandra.

Alzo mi mirada ante su tono de desesperación por la situación. Él se ve avergonzado.

— Dime porqué — le pido con el último pedazo de valentía en mi cuerpo.

Trato de prepararme para lo que sea que sea su respuesta. Quiero saberlo, me merezco una respuesta a eso.

— Yo… — me mira con disculpa y pena — amo a otra persona — confiesa — por eso no puedo casarme contigo.

«Amo a otra persona» se repite como un mantra en mi cabeza. Me mareo un poco y siento que quiero vomitar.

No sé qué hacer. ¿Me voy? ¿Me quedo? ¿Le grito? ¿Lo golpeó?.

— Lexa…

Su voz suena tan cálida pero acaba de destruirme en pocos segundos.

Me levanto al no poder hacer nada porque lo que realmente quiero hacer es besarlo y luego seguir con nuestra boda.

2.

Elisa y Kendall me miran con asco.

— Mierda ¿hace cuánto no te bañas?.

Las ignoro y me doy la vuelta para no verlas.

— No te atrevas a ignorarnos — advierte Kendall.

— Váyanse. No quiero ver a nadie.

— ¿Que pasó? — pregunta con voz más suave Elisa.

Y las lágrimas vuelven. Mi pecho duele y siento que me quitaron algo, quién sea que sea la chica me quito el amor de Dereck, ese amor era mío.

— Mierda, ya la hiciste llorar — regaña Kendall a Elisa.

Trato de calmarme pero no puedo. Lo único que he hecho en una semana es llorar y recordar que hace dos semanas él juraba amarme. Dios soy tan lamentable. Nunca creí llorar por amor, no soy así, nunca he sido esta persona.

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