Capítulo 13: Lexa.

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1.

Reviso mi celular mientras espero a Caden. Mi novio me avisa que tiene trabajo que hacer de la secundaria así que va a llegar más tarde, le mando un «Ok» y ya. Unos minutos más tarde aparece el pelinegro vestido con un jens negro, zapatillas del mismo color y un sweater gris que le queda un poco ancho. Me sorprendo al verlo, creo que es primera vez que realmente noto que es un actor de cine.

Abre la puerta y lo miro.

—¿Tengo algo en la cara? — me pregunta frunciendo el ceño.

—No, solo… Te ves guapo.

Se sonroja un poco y parto al hospital.

—¿Cómo estás? — pregunta.

—Bien, aunque ayer no dormí bien. Hay mucha gente en mi departamento y estuvieron jugando cartas cómo hasta las 3 de la mañana.

Se ríe.

—Lo siento por eso.

—Está bien. ¿Y tú, cómo estás?.

—Por primera en varias noches dormí bien — sonríe — quizás dónde ayer me canse.

—Necesitas salir más, quizás.

—Puede ser.

—¿Y a qué vamos al hospital?.

—Tengo que sacarme sangre, quieren ver que tal voy.

—¿Por las vitaminas?.

—Sí.

—Ojalá salgan bien.

—Hmm… No creo que eso pase — murmura y lo quedo mirando por un segundo, se da cuenta de eso — no hice lo que me dijeron así que dudo que se haya arreglado algo — aclara.

—Caden...

—No fue a propósito solo que sentía que iba a vomitar si comía — se defiende.

Lo miro con una ceja alzada.

—Realmente no sabes cuidarte a ti mismo eh.

Lanza un suspiro.

—Claramente no.

Este chico realmente puede matar a alguien de la preocupación y no parece darse cuenta. También tengo episodios de depresión, lo cuál es una mierda, también tomo antidepresivos pero no cada día ya que me dan sueño cómo consecuencia, pero los tomo cada tanto. Sé lo egoísta que te vuelve la depresión y por eso lo entiendo. Caden siente dolor en todo su cuerpo y es incapaz de conectar con el dolor de otro, solo recibe el sufrimiento en él y lo vuelve suyo, lo que hace que empeore.

Llegamos al hospital y lo espero en recepción mientras él va, no es menor de edad ni mayor así que no me dejan entrar más allá. Hablo con Christian por mensaje y me dice que hoy tiene que ir a cenar con sus padres en la tarde, se queja sobre eso y sonrío divertida. Es un infantil.

Levanto mi mirada pero la bajo casi de inmediato, odio los hospitales, no vengo a menos que este muriendo del sufrimiento, los recuerdos en estos lugares son de mi madre. Las paredes blancas con azul, el olor a remedios, el llanto de la gente, los doctores con sus expresiones frías, odio todo eso. “Si no fuera por el hermano de mi novio... ”.

Espero por más de una hora y al fin aparece, se ve un poco pálido, más de lo que es. Me levanto preocupada.

—¿Estas bien?.

Sus ojos azules se fijan en los míos.

—Sí. Vámonos.

No espero ni un segundo para caminar a la salida. Me siento más tranquila fuera de ese lugar y noto que Caden también.

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