Capítulo 17:Caden.

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Telluride, Colorado.

1.

Abro la puerta de la habitación luego de ducharme y vestirme, me sorprendo al encontrar a Alexandra tomando desayuno. Creí que estaría dormida.

— Buenos días — digo tomando asiento a su lado.

— Te pedí waffles con salsa de chocolate y un chocolate caliente — mira la taza — creo que tienes que calentarlo un poco.

Tomó un sorbo.

— Está bien. Gracias.

— Por nada. ¿Y qué haremos hoy día? — pregunta con entusiasmo — me enteré que hay un sauna aquí — sus ojos brillan y es bonito de ver — también hay piscina. Ah, y masajes — agrega y luego me mira — ¿Te gustan los masajes cierto?.

Me rio un poco al escuchar su vómito verbal, tiene muchos de esos momentos.

— No soy un gran fanático a que desconocidas me toquen — le digo sincero — y en realidad quería hacer otro plan — me mira expectante — hay cascadas cerca de aquí. Quería caminar e ir a verlas.

— ¿Quieres ir a caminar a una montaña para ver cascadas en vez de tener un masaje en la comodidad del resort? — pregunta incrédula.

— Síp.

Lanza un suspiro.

— No tengo zapatos de montañismo — es todo lo que dice.

Sonrio sin poder evitarlo.

— Aquí mismo venden. Abrígate.

— Mañana vamos a tener un masaje — me mira — sin quejas.

Asiento sin decir nada.

“Es mandona”.

2.

Lexa es buena caminando, la veo sacar fotos por el camino y admirar todo a su alrededor.

— Te gusta hacer esto — no lo pregunto, lo afirmo.

Me mira sorprendida, le hable de repente.

— Sí. Me gusta conocer, la naturaleza es hermosa. Quizás si hubiera estudiado algo sería algo con agronomía o botánica.

— Eres joven, puedes hacerlo.

Niega con la cabeza.

— Me gusta aprender, pero odio el sistema de notas. Me da estrés y odio estresarme. Hice cursos pero vi que estudiar no es lo mío.

— Hay muchas cosas que no son lo tuyo — comento y noto por su expresión qué la cague.

— ¿Me estás diciendo inútil?.

Abro los ojos sorprendido y niego muchas veces. Mis nervios aparecen. Yo y mi bocota.

— No. No me refería a eso. Yo. Solo. Quería deci-...

Sus manos tocan mi rostro y no me había fijado que estaba mirando el suelo, nuestros ojos se encuentran y el gris de su iris, se ven hermosos, es cómo la luna.

— Estaba jugando contigo tonto. No te pongas nervioso — dice con una sonrisa.

Lanzo un suspiro aliviado.

— No hagas eso — le pido y ella se ríe — y antes. Me refería a que sabes bien en que no eres buena y en que sí, yo todavía no tengo idea.

— Eres bueno organizando cosas — comenta mientras empieza a caminar y yo la sigo — eres bueno haciendo panqueques, te quedan deliciosos — sonríe — también eres bueno recordando cosas. Eres bueno en muchas cosas Caden.

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