1.
— ¡Kendall! — grito a todo volumen.
El chico que está en el suelo despierta de golpe y mira hacia todos lados desorientado, noto que es guapo pero nada tan impresionante.
— ¿Qué? ¿Quién eres? — pregunta el chico sentándose mientras se tapa su pene con sus manos avergonzado.
Kendall llega a medio vestir al living y ve la situación.
— Mierda, no sabía que ibas a llegar tan temprano, lo siento — se disculpa rápidamente y mira al chico — vete ya.
El pelirrojo se levanta y le tiro su pantalón para que se lo ponga, con Kendall lo observamos en silencio y se va rápidamente.
— No es tu tipo — comento una vez el chico cierra la puerta.
Se encoje de hombros.
— Tomada todos son mis tipos.
Tiene sentido.
— ¿Como está tu papá? — me pregunta mientras se coloca su playera.
— Está bien.
Fui de visita por el fin de semana.
— ¿Y los demás? — le pregunto mirando alrededor.
— Hunter de seguro despertando quién sabe dónde y Elisa también fue a casa de sus padres.
— Va a llegar de mal humor — comento y la peliazul asiente.
Llevo mi maleta a mi habitación y decido que después voy a ordenar. Llego a la cocina.
— ¿Y el cereal? — pregunto con mi ceño fruncido buscando en el mueble.
— Creo que Hunter se lo comió.
— Le he dicho como mil veces que si se lo termina tiene que comprar otro — me quejo.
Pongo leche en un pocillo y vacío una galleta de chocolate adentro.
— Tengo que ir a la cafetería. ¿Vas? — me pregunta la peliazul tomando sus llaves.
— Quizás luego.
Asiente y se va.
Tomo mi celular y le envío un «llegue» a mi padre. Reviso el nuevo catálogo del proveedor y doy un suspiro cuando noto que la leche subió. Una mierda.
Dejo el trabajo de lado y noto que mis galletas ya están remojadas, voy a buscar una cuchara y empiezo a comer.
La puerta se abre y entra Hunter, al verme frunce su ceño.
— ¿Estás aquí o sigo borracho?.
Me rio.
— ¿Cómo llegaste? — pregunto divertida.
Lanza un suspiro y se sienta en el sillón.
— Robe.
— ¿Qué? — pregunto riendo.
— Desperté con un desconocido y no tenía dinero, no tuve de otra — se defiende — era llegar o llegar. Voy a ducharme.
Se levanta de mala gana y va a la ducha. Me rio un poco. Al menos viviendo con ellos no me aburro. Termino de comer y me voy a cambiar de ropa. Salgo del departamento después de despedirme de Hunter.
Bajo al estacionamiento y voy hasta mi moto, busco mi casco y me subo. Salgo a la calle directo a la cafetería, el trafico en Boston es horrible pero nunca tanto como New York, ese sí que es un asco.
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Volver A Empezar
Teen FictionSu prometido le confesó que amaba a otra persona a un mes de la boda. Así termino su última relación. Lexa hoy es dueña de una caféteria, tiene a sus amigos de toda la vida, también un gran departamento y una motocicleta con los que muchos sueñan, t...