Capítulo 6: Lexa.

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1.      

Hunter abre la puerta de la oficina de la cafetería y me hace mirarlo con una ceja alzada. Él es el que menos viene. 

— ¿De quién estás huyendo? — le pregunto burlona.

Me mira mal y toma asiento. 

— De mis padres, vinieron de visita. 

Hago una mueca. 

— ¿Están en el departamento?. 
 
Asiente. 

— Mierda. Y yo que quería ir. 

Se ríe y va a tomar una bebida de la máquina. 

— Siguen con que debí haberme metido a una empresa — me cuenta lanzando un suspiro — odiaría ser un asalariado más. No lo entienden. 

— Te echarían por no cumplir horarios — me burlo mientras tomo de mi café. 

Hunter me levanta el dedo de en medio y yo hago lo mismo. La puerta se abre de golpe y entra Elisa con sus ojos rojos.

— ¿Qué tienes? — le preguntamos los dos al mismo tiempo yendo hacia la pelinegra.

Sus ojos están llenos de lágrimas mientras su cuerpo se sacude por los sollozos. La abrazo y sus brazos se aferran a mí.

— Eli. ¿Qué pasa? — le pregunta Hunter preocupado — dime a quién tengo que matar y lo haré. 

La pelinegra esta varios minutos llorando sin parar hasta que al fin se separa de mí, Hunter trae una caja de pañuelos. La miro de pies a cabeza, no parece herida, no físicamente al menos.

— Él… La eligió. No a mí. La eligió. 

Con el castaño nos miramos por un segundo.

— No entiendo nada — dice Hunter mirándola.

Elisa se sienta y una lagrima solitaria corre por su mejilla.

— Elias la eligió a ella, a su ex mujer — nos cuenta con rabia en la voz — dijo que me quería pero al final no soy nada. ¿Cómo lo sería? — pregunta sarcástica — soy una niña y ella es la madre de su hijo. Soy una idiota por pens… Agh.

Hunter se ve furioso y yo siento mi cuerpo temblando por la rabia. ¿Quién en su sano juicio juega con Elisa?, Dios, todos deberían arrodillarse por una oportunidad con ella.

— En tu vida le vuelves a hablar — digo seria — eres maravillosa y no mereces ser una opción, jamás Elisa. Te quieren por completo o no te quieren.

El castaño asiente mientras noto como sus ojos se suavizan al mirar a la pelinegra. 

 — No le vas a poder hablar porque lo mataré si lo veo — promete Hunter.

Elisa nos da una pequeña sonrisa y se recarga en el hombro de Hunter. La pelinegra recibe varias llamadas y decide apagarlo.

— ¿Es él?.

Asiente. Tratamos de animarla, incluso nos ofrecemos a ir a tiendas de maquillaje con ella pero simplemente niega. Abren la puerta de golpe y veo a Gaby nerviosa, me preocupo pensando que sucedió algo en la tienda pero ella mira a Elisa.

— Jefa, la están buscando — le avisa — se ve desesperado por verla, no pudimos sacarlo de aquí.

Los dos miramos a la pelinegra que se ve sorprendida. Su cuerpo tiembla de inmediato. 

— Quédate aquí — dice Hunter mientras se levanta del sillón. 

Las dos nos miramos preocupadas, el castaño es un ser de luz por lo normal excepto cuando sucede algo así, ha roto varias narices y huesos por nosotras. Le digo un «no te muevas» a Elisa y voy detrás de él.

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