Narra Caden.
1.
Antes de salir del auto tomo mis calmantes y antidepresivos, trago las pastillas y salgo. Reviso mi celular y leo que Lexa envío cómo 3 mensajes, todos ellos indicándome dónde está de la forma más fácil.
Veo que es una feria y hay mucha gente aquí. Se ven carteles de los autores que están firmando sus libros e incluso hay lanzamientos hoy. Trago saliva y respiro hondo.
Voy a la esquina que me indico la peligris y la encuentro hablando por celular, por un momento creo que es con Christian pero al escuchar un «papá» noto que estoy equivocado.
Lexa me ve y sonrio un poco al verla, es cómo ver a una modelo o algo así. Siempre parece muy arreglada, me pregunto cuánto se demorará.
— Adiós papá. Sí, me cuido. Te amo también — se ríe — esta bien.
Y corta.
— Primera vez que te veo usando pantalón — comento.
Es uno de color claro y ajustado, trae una playera blanca simple metida adentro y un poleron gris ancho como siempre sobre su pequeño cuerpo.
— Hace frío hoy — contesta simple — ¿y tú gorra?.
La saco del bolsillo de mi pantalón y me la pongo.
— ¿Vamos? — le pregunto.
Asiente.
— ¿Tu papá va por los clásicos? — le pregunto mientras caminamos.
— Una vez lo vi leer El Gran Gatsby — recuerda — y también a George Orwell.
— Entonces sí es de clásicos.
— Supongo.
Entramos y vemos muchos puestos de libros, muchísimos. Joder, hay tanta gente que me empiezo a sentir observado.
— Caden.
Y siento una mano fría sobre la mía. Me concentro en eso y dejo de escuchar el zumbido en mis oídos. Me enfoco en los ojos grises de Lexa y por alguna razón me molesta verlos empañados por la preocupación.
— Es… Estoy bien.
Y respiro hondo. “Menos mal tomé los remedios antes”.
— Podemos irnos. No quiero que…
— Estoy bien — interrumpo sonando más seguro — de verdad — afirmo.
La peligris no se ve muy segura y me mira intensamente por varios segundos, al final me cree. Caminamos por más de una hora, mientras a ella le llaman la atención las portadas yo le leo la sinopsis para que no caiga por la ilustración. Algunos libros llaman mi atención y antes de que me de cuenta llevo más de 4.
Lexa escucha mis recomendaciones y termina comprando dos libros para su padre. Recorrimos todo el lugar y salimos del edificio.
— Tengo hambre — dice mirando la hora en su celular.
— Podemos ir a comer a algún lado. Vine en auto.
Lexa acepta y vamos caminando al auto, ponemos todo en el asiento de atrás y nos subimos. La peligris se recoge el cabello en un moño alto improvisado.
— ¿Tienes calor?.
— Un poco. Estuvimos caminando más de una hora.
Pongo el aire acondicionado y parto.
— ¿Te gusta algo en especial? — le pregunto mirando los locales de alrededor.
— Pizza.
Y sonrio. Desde pequeño tengo una obsesión no sana con las pizzas.
ESTÁS LEYENDO
Volver A Empezar
Novela JuvenilSu prometido le confesó que amaba a otra persona a un mes de la boda. Así termino su última relación. Lexa hoy es dueña de una caféteria, tiene a sus amigos de toda la vida, también un gran departamento y una motocicleta con los que muchos sueñan, t...