3. Enfoque de un campeón.

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JAYDEN 

Mi abuelo no puede estar hablando en serio. Mantengo la esperanza de que detenga a Tessandra antes de subir al cuadrilátero, sin embargo, no lo hace.

La deja subir, y la deja pasearse como si fuese un miembro más del club. Lo miro, con la esperanza de que se retracte, pero sé que el abuelo jamás se retracta. Robie, mi otro entrenador, también ha llegado y me mira divertido.

—Esto es ridículo —me quejo una última vez. —Abuelo...

—Sube, Jayden —casi ordena.

Resoplo, abriéndome paso por las cuerdas antes de subir y termino de acomodarme el protector de rostro. Tess está a unos pasos de distancia, con la guardia arriba mientras espera por mi acercamiento.

—Los vigilaremos de cerca —dice mi abuelo apoyándose en una de las esquinas —comiencen.

Tessandra se acerca un poco más, no parece molesta en realidad. Mantiene una sonrisa relajada en el rostro mientras espera con la guardia arriba.

—Alguien tiene que atacar primero, lo saben, ¿no? —inquiere Robie —no pueden quedarse ahí todo el día.

No planeo acercarme primero, dejo que ella lo haga y no espero que lo haga con tanta rapidez y agilidad. Esquivo el golpe que lanza contra mi rostro, cubriéndome y contando con el tiempo suficiente como para esquivar el par más que lanza.

—No tengas miedo de pelear, campeón —dice con una sonrisa cuando retrocedo, solo cubriéndome.

—¿Estás segura? —inquiero arqueando la ceja.

Asiente, sonrío antes de inclinarme, esquivando un nuevo golpe y respondo. Tess trastrabilla hacia atrás cuando lanzo un golpe recto, apenas lo cubre, pero ya estoy lanzando uno firme, aunque sin tanta fuerza.

Me acerco, la espalda de Tessandra choca contra las cuerdas y vuelvo a lanzar un golpe recto, mi puño se encuentra con su antebrazo alzado a modo de defensa y no consigo ver el gancho que lanza y se impacta contra mi abdomen.

Me inclino hacia adelante porque el golpe me tomó desprevenido y ella aprovecha esa oportunidad para golpear mi rostro con fuerza. Siento el material del guante impactar contra mi pómulo y por inercia, como defensa, dejo de medir la fuerza del golpe y solo lanzo un par de movimientos.

Escucho un quejido, uno fuerte y solo en ese punto me doy cuenta de que Tess está inclinada sosteniendo su costado izquierdo.

—Suficiente —Robie entra al cuadrilátero, y se acerca a ella —¿estás bien, chica?

Me quito el protector del rostro y Tessandra hace lo mismo, eleva la mirada hacia mí y me mira con recelo.

—Lo siento —me disculpo —tal vez fue un golpe demasiado fuerte.

—Peleas bien —mi abuelo también sube y se acerca hacia Tess —¿sabes de boxeo?

—Defensa propia —aclara ella quitándose los guantes y regularizando su reputación.

Mi abuelo asiente con comprensión, me lanza una rápida mirada y luego vuelve la atención a Tess.

—Si supieras, seguro hubieses conseguido golpear un par de veces más a mi nieto —dice y Tess sonríe —¿no te golpeó fuerte?

—Estoy bien —se acomoda el cabello —su club es impresionante, señor Lewis.

Cuando el abuelo vuelve a mirarme, entiendo lo que pretende. El principal pasatiempo del abuelo, es molestarme. Y por la mirada divertida que me dedica, sé que es exactamente eso lo que se propone.

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