JAYDEN
Viene hacia mí y puedo prever su golpe justo a tiempo para poder esquivarlo, aunque claramente estoy en desventaja porque mis costillas duelen con demasiada intensidad que no puedo ignorar el dolor.
Pero me obligo a tolerarlo, si quiero salir vivo de aquí, tengo que soportarlo. Mi puño vuela hacia su rostro, soy lo suficientemente rápido como para no darle la oportunidad de esquivarlo, no pierdo el tiempo, tan pronto como mis nudillos se impactan contra su pómulo, lanzo un gancho contra la boca de su estómago.
Zack jadea, si creyó tan solo por un instante que dejaría que me moliera a golpes, está muy equivocado. No debo darle tiempo a recuperarse, no puedo permitir que tenga ni una sola oportunidad.
Golpeo su costado derecho consiguiendo que se encorve hacia adelante y luego conecto mi puño contra su rostro. Esto no es una jodida pelea de boxeo, no tengo que detenerme porque lo vea casi arrodillado en el suelo.
Cuando quiero acercarme de nuevo, alguien tira de mi cuerpo hacia atrás y no soy tan rápido para esquivar el golpe contra mi rostro. Es Cody quien me golpea, lanza un gancho contra mi torso y el dolor explota cuando toca las zonas de las costillas.
Me encorvo, vuelve a golpearme y eso es suficiente para mandarme contra el polvoriento suelo. Toso tratando de recuperar el aliento que me fue arrebatado, la intervención de Cody hace que Zack pueda recuperarse sin inconvenientes.
Me sostengo con una de mis manos antes de sentir el impacto del frío metal contra mi brazo. El hueso cede, caigo de bruces contra el polvo cerrando los ojos con fuerza deseando que el dolor desaparezca.
Zack tira de mi cuerpo hasta conseguir colocarse sobre mí y me golpea el rostro, siento sus nudillos impactarse contra mis pómulos y el sabor a sangre llena mi boca. Su peso desaparece y una parte de mí se siente aliviada de la pequeña distancia que interpone entre nosotros.
—Vaya, parece que eres mucho mejor que Luke —trato de incorporarme, pero Zack ha tomado el tubo de metal y me señala con él —quédate ahí, Jay.
Mi brazo duele, estoy seguro que me ha dislocado el hombro con el golpe del tubo así que apenas y puedo sostenerme.
—¿Realmente odias tanto a mi abuelo como para hacer esto? —inquiero con la respiración entre cortada —¿Todo porque mi abuelo te ganó un cinturón?
Se ríe.
—Esto no es por un maldito cinturón, Jayden. Esto es porque antes de tu abuelo, antes de que siquiera apareciera, yo tenía una vida, una carrera. Tenía toda una maldita reputación. ¿Sabes lo que ocurrió cuando Luke ganó el cinturón? Perdí todo, mi carrera, mi familia, mi reputación.
No puedo hacer nada para evitar que se acerque a mí, hace un movimiento en el brazo que ha dañado y una exclamación de dolor brota de mis labios. Su puño impacta contra mi rostro mandándome al suelo otra vez.
Luego su bota golpea contra mis ya fracturadas costillas lo que me lleva a experimentar un nuevo grado de dolor.
—¿Y qué hay de lo que tú hiciste? ¿De lo que tú le hiciste perder? —inquiero jadeando —¿Qué hay de las vidas que arrebataste, Zack? No eres la víctima, deja de comportarte como tal.
—No, no soy una víctima. Pero tu abuelo me jodió, Jayden. Es hora de que se arrepienta de siquiera haberse cruzado en mi camino.
Mi cuerpo apenas registra que se coloca de nuevo sobre de mí y los golpes que deja contra mi rostro me nublan la mente. Uno tras otro, una oleada de dolor incomparable y por primera vez, quiero pedirle que pare porque no lo soporto.
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Uppercut
Teen FictionJayden Lewis, salvaje, brutal, despiadado. Tres palabras que lo describen a la perfección, al menos sobre el cuadrilátero. Tessandra Green, testaruda, orgullosa, y reina de las apuestas de la vieja bodega abandonada de los barrios bajos. Jayden, c...