Extra: Sueños venideros.

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Jayden

Seis años después...

La galería está decorada de una manera impresionante. Los cuadros relucen con las lámparas que se encargan de proporcionar la suficiente iluminación para permitirle a los visitantes admirar cada parte de los lienzos.

—Papá, ¿en dónde está mamá? —volteo hacia la pequeña niña que me observa con unos ojos de color verde intenso como los de su madre.

Lleva una bonita trenza que recoge su cabello rojo, herencia también de su madre. Bea Lewis Green, a sus cinco años es el vivo retrato de mi reinita.

—Saldrá en un segundo, cielo —respondo extendiendo los brazos para poder cargarla —¿estás emocionada?

—¡Si! —dice elevando sus pequeños brazos —¿van a haber muchas luces?

—Todas esas —señalo a los hombres con sus cámaras que aguardan por la salida de la creadora de todas las piezas de arte que se encuentran a nuestro alrededor. —Mami va a tener mucha atención.

Bea me sonríe, mueve la cabeza en un asentimiento con la emoción chispeando en sus ojos. Coloca las manos sobre mis hombros mientras regresa la atención al pódium en donde Tess debe de aparecer en cualquier segundo.

Hoy es la apertura de la segunda galería de Tess, galería en donde expone y vende cada una de las piezas que crea. Su carrera como artista ha despegado desde años anteriores, se volvió reconocida, ha sido invitada a eventos de arte, ha obtenido dos premios de academias reconocidas y justo ahora, se encuentra en el punto más alto de su carrera.

—Creo que deberías ir a ver a tu esposa —mi padre aparece con una sonrisa —tú madre dice que se encuentra algo nerviosa.

—¡Abuelo, D! —Bea chilla y prácticamente se lanza a los brazos de su abuelo, él la recibe con una sonrisa y deja un sonoro beso en cada una de sus mejillas.

—¿La cuidas mientras voy?

—Claro que sí —responde con una sonrisa.

—Iré a ver a mami, ¿de acuerdo cielo? —mi hija asiente —pórtate bien con el abuelo.

—Sé controlar berrinches, no te preocupes —dice papá y sonrío.

Les dedico una última mirada antes de darles la espalda para ir hacia la parte trasera de la galería, entro por la puerta de acceso que lleva a una de las habitaciones en donde Tess debería encontrarse.

Tan pronto como ingreso, mi madre me sonríe. Hace un gesto con la cabeza y entonces deslizo mi atención hacia la mujer que se encuentra frente a una de las ventanas, está de espaldas, su cabello cae sobre su espalda simulando una cascada de fuego, el vestido negro que porta la hace lucir impresionante.

Se ajusta a su figura de manera perfecta, no se ha dado cuenta de mi presencia, sigue mirando las hojas y leyendo para si misma. Mi pecho se contrae con furia, dejándome sentir la misma explosión de sentimientos que esa mujer provoca en mí desde el primer instante.

Cuando voltea, se encuentra con mi mirada.

—Campeón —dice casi aliviada.

Parece olvidarse de las hojas, sonríe levemente mientras avanza hacia mí y la recibo con gusto, mis manos se envuelven en su cintura y me inclino para dejar un beso en su frente.

La admiro mucho más ahora que se encuentra cerca, en casa, no tuve demasiado tiempo para apreciarla porque apenas y nos vimos antes de que ella viniese a la galería, pero ahora...ahora me tomo el tiempo para admirarla tanto como puedo.

UppercutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora