El retorno de la hija de Zeus había dejado a todos conmocionados y preocupados. Ya no era el único peligroso en este campamento. La profecía ahora era más compleja y confusa. Y el miedo general que pude llegar a sentir por mi destino comenzó a crecer a pasos agigantados.
Poco después de que ella anunció su nombre cayó desmayada en mis brazos. La llevé a la enfermería, cargándola estilo nupcial, con Annabeth y Clarisse detrás de mí y Quirón estando a mi lado. El señor D no le tomo mucha importancia este acontecimiento y no esperaba que reaccionara como tal. Los días fueron pasando mientras esperábamos que Thalia se recuperara.
Por otro lado, me encontraba en la playa, justo al lado de mi hermano Tyson que miraba el atardecer un tanto triste. Desde que regresamos, los demás campistas, ninfas y sátiros lo trataron como un héroe. Me hubiera gustado tenerle siempre cerca de mí, como compañero de la cabaña 3, pero me había dicho algo que nunca esperé.
―Papá me envió un sueño anoche. Quiere que vaya a verlo.
Pensé que me tomaba el pelo en un principio, pero pronto entendí que no era el caso. Mi padre quería que mi hermano pase el resto del verano en su palacio, trabajando en las fraguas junto con otros cíclopes.
Lo miré y él me devolvió la mirada con su único ojo lloroso. Lo abrace fuerte, al mismo tiempo que sus grandes brazos me rodeaban. Por primera vez no me importó que me lastimara con su fuerza. Cuando aquella demostración de afecto terminó, el sol estaba casi oculto, por lo que Tyson se puso en la orilla y dio un silbido. Rainbow, el hipocampo que lo rescató en nuestra pasada aventura, surgió de las olas y enseguida se acercó a nosotros.
Mi hermano se dio la vuelta y en sus grandes bolsillos de sus pantalones sacó un hermoso reloj de pulsera. No parecía tener nada en especial, pero viniendo de mi hermano sabia que no era el caso. Tenía una esfera blanca y la correa era de cuero negro.
―Quiero que tengas esto―me dijo―. No pude terminarlo antes del viaje. Lo siento...
―Eh, no pasa nada hermano―le contesté―.
―Si necesitas protección, solo presiona el botón izquierdo.
Con la curiosidad, lo presioné y de la nada se formó un hermoso escudo en forma de espiral y la correa se ajustó perfectamente a mi brazo. Medía más de un metro de diámetro; por dentro era de cuero mientras que por fuera se veía una superficie de bronce pulida con diferentes imágenes. Cada una de ellas representó nuestro viaje; Annabeth luchando con los lestrigones, yo luchando con un toro de bronce, Tyson cabalgando a Rainbow en las aguas y a Clarisse estando encima del CSS Birmingham con su poderosa lanza apuntando hacia adelante.
Una lágrima se me escapó al ver la semejanza que tenía con el héroe de la guerra de Troya: Aquiles, el de los pies ligeros. Pero, sobre todo, lloraba porque mi hermano lo había hecho con todo el cariño del mundo.
Y así, él se marchó, encima de Rainbow para irse en el horizonte mientras meneaba la mano en lo alto. Me limpié las lágrimas, a la vez que el aire del agua salada chocaba en mi rostro. Tan solo esperaba que pudiera verlo otra vez.
―Siempre supe que eras el indicado―sonó una voz detrás de mí.
Miré a mi espalda y encontré de nueva a cuenta a Hestia, con el mismo atuendo con el que la conocí.
―Lady Hestia―dije haciendo una ligera reverencia― ¿A qué se refiere?
―Las cosas se volverán cada vez más complicadas, Percy. Y es necesario que la familia este unida para enfrentar la tormenta que se avecina.
Asentí estando de acuerdo.
―Cronos no se detendrá ante nada para conseguir su objetivo―dije.
―Y es por eso por lo que requiero de tu ayuda―me respondió acercándose hacia mí―. Ah pasado mucho tiempo desde que un dios nombró a un héroe como su campeón.
Me le quedé mirando sorprendido. ¿Acaso ella estaba insinuando que me quería como su campeón? Ante la creciente duda en mi mente decidí preguntar por qué.
― ¿Por qué yo, mi lady?
―Porque tienes lo necesario para ello, Perseo Jackson. No buscaba a alguien fuerte o astuto, sino alguien que entendiera el significado de la unión. Además, de tener la determinación de proteger a quienes aprecia. Incluyendo a la familia.
Me miró fijamente. Como si se tratase de una abuela explicándole algo a sus nietos. Alzó su pequeña mano derecha y me indicó que me arrodillara. Y así lo hice, reteniendo la respiración y tensando mi cuerpo por unos instantes debido a los nervios.
―Perseo Jackson. Hijo de Poseidón, dios de los mares. ¿Juras defender a la familia del Olimpo y salvaguardar su supervivencia? ―preguntó.
―L-Lo juro.
― ¿Y juras también preservar la paz entre los integrantes de esta familia?
―Lo juro.
― ¿Ahora juras, hacer a un lado todo egoísmo y ambición y te ofrecerás solo para el bien de la gran familia griega?
―Lo juro.
Me indicó que me levantara y así lo hice.
―En este día―dijo―, yo Hestia diosa de la familia y el hogar, te nombro mi campeón. Protector de inocentes, guardián del hogar.
El aire a mi alrededor se volvió cálido y abrasador. Una ola de energía me rodeó, al mismo tiempo que sentía como el juramento que había hecho empezaba a marcarse en mi memoria y en mi piel. Miré mi antebrazo derecho y aquellas palabras que me ataban a dicha encomienda se formaban como si de un tatuaje se tratará en griego antiguo. Y finalmente, la energía se condensó en una pequeña llama por encima de mi cabeza, similar a como mi padre me reclamó el verano pasado.
―Está hecho. Hay mucho que hacer ahora, mi campeón.
― ¿Cuál es mi deber, mi señora? ―pregunté.
―Volverte más fuerte―contestó.
Ahora tenía un nuevo propósito. Una misión...y estoy dispuesto a cumplirla, a pesar de mi miedo al mañana. Me aseguraré de ello.
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𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐂𝐑𝐎𝐍𝐎𝐒: El Mar de los Monstruos
FanfictionSolo su fuerza podrá salvarlo de lo que se aproxima... Perseo Jackson, tras sobrevivir su anterior verano, se embarca en otra peligrosa y enérgica aventura mitológica por encontrar lo que anteriormente solo había encontrado por el famoso Jason y sus...