𝐔𝐧𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐛𝐚𝐥ó𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐨

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Un día después 

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Un día después 

El día había empezado de un modo totalmente normal. Salí a hacer mi ejercicio matutino, desayune con mi madre y Tyson y tomamos el autobús para ir a la preparatoria Meriwather. Era una escuela progresista en la que no nos sentamos en pupitres, sino más bien en pufs, no entregaban notas y los profesores llevaban tejanos y camisetas de rock, lo cual me parecía más que genial. No tenía que preocuparme mucho pero aún así me concentraba en mis clases, dispuesto a no ser expulsado como las otras veces.

Al salir de la casa mi madre nos dijo que nos llevaría al Rockefeller Center estas vacaciones en vez de ir al Campamento Mestizo. Eso me dejó desconcertado y  Tyson lo dejó un poco triste por el hecho de que ha sido un sueño suyo acompañarme allá. Mi madre había recibido una llamada de Quirón en el que el campamento no era lo suficientemente seguro y eso me llevo consecuentemente a relacionarlo con un sueño que tuve aquella mañana. Grover, mi amigo sátiro del anterior verano, corría desenfrenado en lo que parecía ser una carretera de Florida hasta meterse en una tienda de vestidos de novia llamada <<ST. AUGUSTINE. >>

De cualquier modo, nos tocó la primer a clase del día, la de Inglés. Todo el salón había leído El Señor de las Moscas, como una tarea para después resolver un pequeño cuestionario. Me resulto bastante interesante la situación que plantea y tras confirmar de que si lo había leído realice rápidamente la prueba y le ayude a Tyson. Tiempo después, nos dejaron libres en el patio de recreo en el que varios fueron testigos de una disputa entre los alumnos de séptimo y octavo curso, una pelea a pedradas y un partido de baloncesto con placajes de rugby. Todas dirigidas por el matón de la escuela, Matt Sloan.  De solo verlo me daba un poco de gracia pues actuaba como el más fuerte cuando apenas y me llegaba a mi nariz.

Bueno, el caso es que Matt intentó darle una colleja a Tyson, estado detrás, pero rápidamente intervine y lo empujé. Puede que no una simple colleja a un cíclope no sería la gran cosa, y probablemente lo era, pero sabía que mi pequeño gran hermano era muy sensible en el interior.

— ¡¿Algún problema, Jackson?!

—Te sugiero que te apartes antes de que tenga que partirte la cara a golpes. —dije serio.

—Realmente tendrías amigos si dejaras de defender a ese monstruo. —respondió.

Mire hacia mi hermano y note como pequeñas lágrimas se empezaban a acumular en sus ojos. Oh, ahora si estaba enojado. Perdona mamá, pro nadie le va a hablar así a mi hermano. Lo agarré por su ropa y los estampe contra una pared, luego puse mi antebrazo en su cuello y lentamente hice presión mientras Matt trataba de liberarse.

— ¡RETRACTE, AHORA!—demandé haciendo que me mirará con algo de miedo.

Sin embargo, pronto sentí como alguien me tomaba del hombro y me alejaba de Matt bruscamente. Por la fuerza fui directo al suelo pero rápidamente me reincorporé solo para ver a sus tres gorilas con exceso de calorías. Ok, definitivamente esto no era normal, el tipo media casi lo mismo que Tyson y tenían facciones toscas y atemorizantes. Llevaban placas de identificación, como si fueran alumnos de intercambio, pero sus nombres simplemente me parecían bastante estúpidos. Ósea, uno se llamaba <<Qubrantahuesos>>, otro <<Chupatuétanos>> y el oro <<Devoracráneos. >>

𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐂𝐑𝐎𝐍𝐎𝐒: El Mar de los MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora