Capítulo 2

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Primer mes.

    En un solo mes Jennie había descubierto dos cosas.Primera. Ella era, junto con varias chicas más, el objetivo de todas las burlas de la clase y, segunda; Lisa y sus amigos eran unos idiotas. No
todo el tiempo era la castaña la que se metía con ellas, pero cuando lo hacía
era realmente insoportable.Sana, con la que menos solían meterse, siempre permanecía junto a Jisoo y ella. Las tres hacían un buen equipo.Kim Jisoo era una chica que Jennie había conocido en el baño,cuando había terminado embarrada de zumo por una broma que le había gastado un chico.Sana había faltado ese día, así que Jennie se encontraba sola en el lavado,o eso pensó, hasta que escuchó unos débiles sollozos del baño de al lado,donde descubrió a una chica sentada en el suelo.Tenía el pelo y la ropa manchados de pintura, las dos permanecieron en silencio, hasta que Jennie habló.

     -¿Qué te han hecho? -pregunto la morena, mientras se agachaba a su lado.

     -Las animadoras, me han tirado un bote de pintura cuando salía de mi
clase de plástica. Son un poco crueles conmigo por ser asiática, siempre
se ríen de mi acento, mi dificultad para leer, mi mala ortografía...
Después de unos minutos en silencio La coreana volvió a hablar.

    -¿Y a ti?

    -Lisa y su grupo de perras populares.

    -Explicó mirándose el pelo- Es
zumo de melocotón.

    La chica solo empezó a reír, para después empezar a lavar su pelo junto
a Jennie.Eso había sucedido dos semanas atrás, desde el principio las tres chicas
encajaron muy bien. Sana era la más responsable de las tres, siempre actuaba como una mamá.Jisoo era un poco nerviosa y muy cariñosa, si intentaban molestar a alguna de las tres, las otras dos salían en su defensa.Las burlas y bromas no habían parado, pero se podría decir que hacían un buen equipo.Pero hoy, sus dos amigas se encontraban en clase de Historia, mientras que a ella le tocaba Literatura. Se encontraba guardando libros en su
taquilla cuando observó una pequeña libreta negra y rosa en el suelo.
Enseguida reconoció a quien pertenecía, Lisa siempre iba a todos lados con esa maldita agenda.Sabía que era estúpido, pero desde que la conoció no pudo evitar dejar de mirarla ni un segundo. Sabía todos sus gestos: como mordía la punta de sus lápices mientras se concentraba, la manera de juguetear con mechones de su cabello cuando estaba nerviosa o como sacaba la lengua en medio de una
discusión, haciéndola ver adorable.
Recogió la pequeña libreta del suelo, con una gran curiosidad por abrirla.
¿Qué tendría dentro que Lisa escribía tanto?
Se quedó perdida en sus pensamientos unos segundos más, hasta que
escuchó unos pasos apresurados por el pasillo, acercándose.

     -Eh, tú, eso es mío! -reconoció la voz de la castaña y se volvió a mirarla.
Estaba frente a ella con una mirada de furia- Devuélvemelo.
A Jennie  le molestó su tono de voz, así que aprovechando su altura, estiró
su brazo por encima de la cabeza de Lisa*se que lisa es más alta que Jennie pero recuerden que están en 2do de secundaria*, haciendo que la castaña también se estirara para cogerlo, inútilmente. Jennie echó su brazo hacia atrás, haciendo que el cuerpo de Lisa se
pegara al suyo para intentar coger su libreta. Todo fueron risas por parte de
la neozelandesa, hasta que descubrió lo cerca que estaban sus rostros.Lisa también había parecido darse cuenta, ya que sus brazos estaban estirados pero su mirada estaba fija en los labios de Jennie. ¿Se había quedado
paralizada por la coreana?
La castaña, cobardemente, le pasó el objeto a Lisa, que lo abrazó contra
su pecho y suspiro, aliviada. Después, volvió a clavar sus ojos miel en Jennie.

     -¿Qué hacías con él? -preguntó de forma acusatoria.

     -¿Yo? Nada, lo he encontrado en el suelo -dijo intentando no ponerse
nerviosa bajo la mirada de la castaña.

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