Capitulo 24

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    Después del encuentro en la cafetería Jennie había intentado evitar a Jackson
por todos los medios, incluso duró dos días pegada a Jin e Irene para que
no se le acercara.

   Se lamentaba interiormente, ya que eso significaba tampoco ver a Lisa.

  Era muy raro, que ninguna del grupo de plásticas hubiera venido a fastidarla
todavía. También estaba preocupada por Jisoo, a quién no veía desde hacía
horas. Estaban caminando por el pasillo cuando la encontró frente a su
casillero, sus mejillas estaban coloradas y lanzaba sus cuadernos a su sitio
con furia, Jennie temió lo peor.

  -¿Chu? -comentó Jennie tocándole el brazo, la coreana suspiró, irritada.

  -¿Qué hizo Rosé esta vez? -preguntó Irene, recostándose a la pared y Jennie le reprendió por ser tan directa.

  Jisoo las observó, primero furiosa, para luego empezar a hablar.

  -Es una maldita pera, me dice que estoy enamorada de ella y por eso no debo acercarme a nadie más. Pero ella dice que no siente nada por mi y... y que... -no pudo terminar de hablar, ya que sus ojos se tornaron húmedos, quería llorar.

  Jennie la abrazó y dejó que escondiera el rostro en su cuello, comenzó a
frotarle la espalda mientras la chica se abrazaba a ella. Irenetambién le
acariciaba el cabello, escuchando los sollozos de Jisoo. (Aw, bebita)

  -Descuida, ella... Estoy segura de que ella siente algo por ti, te mira de
manera especial -intentó calmar a Jisoo, pero no pareció funcionar.

-No... Yo solo... solo soy una corea-basura fea... -sollozó, haciendo que el corazón de Jennie se rompiera un poco más.

  Irene pareció reaccionar y sostuvo a su prima por los hombros, limpiando
sus lágrimas con las yemas de sus dedos.

  -Escúchame, Jisoo, eres preciosa. Eres preciosa por dentro y por fuera, si
la chica esa no es capaz de verlo no sabe lo que se está perdiendo. Y no eres
una estúpida corea-basura, eres una preciosa coreana y deberías estar
orgullosa.

     Apareció una pequeña sonrisa en los labios de Jisoo, que pronto se
convirtió en una risita.

  -Odio cuando te pones cursi -dijo sacando la lengua.

  Para olvidar todo aquello, Jennie propuso ir al restaurante de siempre y así fue, invitando a Sana. Por suerte, Jin les había dejado las llaves, así que
no tuvieron problema en llegar. Aparcaron frente al local y al entrar, se
encontraron con la misma mala suerte de siempre.

  -Joder -murmuró Jennie, viendo al grupito de la escuela en su mesa de
siempre, esperaba que no fueran hoy.

  -Solo ignórenlos -dijo Sana, apoyando la mano en la espalda de Jisoo
para avanzar, ella bajó el rostro y asintió.

  Como ya era costumbre, la neozelandesa buscó entre las personas. Allí estaba Lisa, con la misma ropa del colegio, hablando alegremente con sus
amigos, hermosa como siempre. Para alegría de Jennie, la castaña no prestaba
la más mínima atención a su novio, que de vez en cuando intentaba hablarle, aunque a él tampoco parecía importarle, ya que se concentraba en
hablar con Seok y observar sin disimulo el cuerpo tonificado de Joy.

  -Es un idiota -murmuró Jennie, tomando asiento en la mesa, quedando de vista al grupito-. Tiene a Lisa y prefiere mirar a otras chicas de forma tan descarada.

  -Todos los plásticos son iguales, unos malditos superficiales -suspiró Irene, y sus amigas se voltearon a mirarla.

  -¿Todo bien con Seulgi? -preguntó Jisoo preocupada, Rosé parecía
estar mirándola, pero ella la ignoraba por completo.

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