Capítulo 5

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En estos momentos, Jennie se sentía feliz. Sostenía un cubo de palomitas de
colores gigantesco junto a sus amigas, mientras esperaban para entrar al
cine. Los días anteriores las tres chicas, especialmente Sana y Jennie, habían
sido atormentadas por las chicas del instituto. Se podría decir que era una
venganza por lo de la última vez.
Por fin era sábado y tenían un poco de paz, ya que Jennie no podía quitarse
de la cabeza a la maldita castaña de ojos miel. Esta semana había tenido
una actitud mucho más irritante que normalmente, ni si quiera se acercó a
hablarle ni una vez en la biblioteca, ahora estudiaba de cara a la ventana,
dándole la espalda a la coreana.
No entendía ese cambio drástico de actitud, no había hecho nada para
enfadarla tanto.
Decidió olvidar el tema y disfrutar de la película con sus amigas. Se sentaron en primera fila y esperaron pacientemente. Sana y Jisoo amaban las películas de terror, Jennie en cambio era un poco más miedosa, por esa misma razón las chicas estuvieron toda la película intentando asustarla con cualquier cosa.
Acabaron riendo por lo malos que eran los efectos especiales y salieron
de buen humor, entre risas y bromas. Todo se fue al garete cuando salieron
de la sala.

    -Chicas, tengo que ir al baño. -dijo Jisoo mientras daba saltitos con las
piernas cruzadas.

    -No me extraña, te has bebido nuestros tres refrescos. -bromeó la
pelirroja.
Jisoo salió prácticamente corriendo hacia el baño, mientras las otras dos
hablaban sobre la película.

     -Vaya... -murmuró Sana mientras sus mejillas se encendían. - Las que
faltaban.
Jennie intentó buscar a quien se refería y observó con horror al grupo del
instituto. Primero reconoció a Lisa, que iba con un top ajustado negro yunos jeans rotos, con el cabello ligeramente rizado.
También estaban allí Dahyun, Rosé, Jimin y Jackson.
Ya estaba rezando para que ellos no las hubieran visto.

    -Descuida, Sana. Ellas... -no acabó la frase, ya que vió que su amiga no
la escuchaba.
Sus ojos estaban clavados en Dahyun, que en estos momentos reía por algo que Jimin había dicho. Sana parecía realmente hipnotizada.
Jennie tuvo que sacudirla para que volviera su atención en ella.

    -¿Sana?

    -Esto... No, yo tampoco creo que nos vayan a ver.
Cuando Jennie volvió a alzar la vista, se encontró con la castaña
observándola. Lisa la miró sorprendida, después de morderse el labio
inferior.
¿Por qué había hecho eso?
Sin poder evitarlo, Jennie comenzó a sentir cosquillas en su estómago, por
lo que quiso golpearse mentalmente.
Sólo estaba nerviosa porque le hicieran algo a Sana, debía ser eso.
Cuando Rosé posó sus ojos en ellas, le comentó algo a los chicos y estos
al verlas, comenzaron a reír entre ellos.
Jennie sintió sus piernas temblar, percatándose que caminaban hacia ellas.
Había sido un día increíble y ahora se iba a arruinar. Debía hacer algo para
evitarlo...

     -Jennie, amiga mía! -Dijo una voz masculina a sus espaldas, mientras un
brazo se posaba en sus hombros.
Era un chico muy guapo de cabello oscuro, llevaba una camiseta blanca y
miraba a las chicas con diversión.

     -¡Sana! -dijo otra chica, con el cabello blanco teñido, que abrazó a la peliroja.
Las dos chicas se miraron sorprendidas, ninguna de las dos conocían a los chicos. Ambos parecían más mayores que ellas, además de ser los dos terriblemente guapos.
El grupito se detuvo al ver a los dos desconocidos. Rosé dijó algo en voz baja, haciendo que todos asintieran.
Casi de inmediato, apareció Jisoo.

    -¡Chicas! Veo que ya habéis conocido a mis primos. -dijo alegremente.

    -Un placer, me llamo Jin -se presentó el chico, dejando un beso en el
dorso de la mano de Sana.Dahyun hizo una mueca similar a la reacción que tendría alguien al chupar un limón.

   -Yo soy su hermana, Irene -dijo la chica, dando un suave beso en la
mejilla de Jennie. La chica era realmente atractiva, por lo que la castaña se
sonrojó.
Lisa entrecerró los ojos y apretó su bolsa de patatas con tanta fuerza
que se reventó, dejando caer algunas patatas al suelo.
Todo el grupito se giró a mirarla, pero ella no quitaba su mirada de la tal
Irene. Finalmente, el grupo se dió la vuelta y se alejó. Las chicas suspiraron
y observaron a los hermanos como si fueran ángeles caídos del cielo.

    -Nos han salvado de una buena -dijo Jennie, un poco avergonzada.

    -No hay nada que agradecer. -dijo el chico sonriendo- Nuestra prima nos
dijo que necesitarían ayuda y eso hemos hecho.
Ambas amigas miraron a Jisoo, sorprendidas.

   -Son mis primos de Corea, se suponía que vendrían mañana pero al final
se adelantó su vuelo. -dijo rodeandolos por los hombros. -Gracias chicos,
no hubiera podido yo sola con esos idiotas.

    -Parecían unos niñatos, aunque la castaña no estaba nada mal. -dijo Irene
con una sonrisa pícara, haciendo que Jennie la mirara con el ceño fruncido. Al
parecer, Irene se dió cuenta de ese detalle. -Tranquila, es demasiado
pequeña para mí.
Jisoo y Sana la miraron sin entender, pero no le dieron más importancia.

   -Hermanita, no te hagas la madura, todos sabemos que te gustan las
pequeñas. -río Jin, ganándose una colleja por parte de la peliblanca.
Fueron hacía la pizzería más cercana y para sorpresa de Jennie, Jin y
Irene parecieron encajar muy bien en el grupo. Ambos eran muy divertidos
y tenían varias similitudes con Jisoo. Al parecer, los tres mantenían muy
buena relación, habían llegado a la ciudad para quedarse unos años y el
próximo año entrarían a su mismo instituto.
Ellos eran un año mayor, así que no coincidirían en muchas clases, pero
Jennie estaba feliz de tener otros dos amigos en el instituto.

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