Capítulo 15

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    El fin de seman fue todo un descubrimiento para Jennie, ahora podía desahogarse con sus amigas y se dió cuenta de que estar enamorada de la
mayor perra del instituto en secreto no era tan malo.
Bueno, era una mierda, pero ahora que podía bromear con sus amigas, no
se sentía tan mal.
Era lunes y todo marchaba bien, estaba con sus amigas caminando
directamente hacia su casillero, pero cuando intentó abrirlo, este no
funcionaba.
-Intenta de nuevo -le dijo Sana ,y Jennie volvió a introducir la combinación,
pero no quería abrir.
Estaba segura de que era el suyo, lo había sido durante dos años. Le dió
unos cuantos golpes a la puerta y lo volvió a intentar, pero no parecía querer ceder, ya iba a empezar la clase y su tarea de Literatura  estaba dentro. Al final tuvo que desistir y llegar a clase con las manos vacías, lo que le provocó tres negativos.
Ahora su mal humor había vuelto, pero milagrosamente ninguna de las
plásticas la habían insultado hoy. Después de las primeras clases, al tomar su mochila, las dos cuerdas se rompieron, haciendo que todo cayera al
suelo.
-¿Pero qué...) -comenzó a decir, pero se interrumpió cuando vió a Joy y
Jackson chocaron los cinco disimuladamente.
Miró las correas, era obvio que las habían cortado, así que tuvo que
llevarla en brazos.
-Creo que lo del casillero también fueron ellos -murmuró Jisoo, un poco
mosqueada.
Ya le habían informado al conserje y este había logrado abrir el casillero
a la fuerza, alguien lo manipuló para cambiar la combinación, así que Jennie
tendría que conseguir otro. Llevó los libros junto sus amigas a su nuevo
casillero. Lo abrió, introduciendo la mueva contraseña, y empezó a guardar
los libros, mientras veía a Jackson riendo a carcajadas.
Sus amigas le ayudaron a llevarlos, pero tuvieron que marcharse a sus
clases. La neozelandesa se quedó guardando cada libro, sin creer que tuviera tantos. Fue casi una sorpresa cuando escuchó el sonido de unos pasos
acercándose y al levantar el rostro, encontró a Lisa.
Vestía una falda corta y una camiseta oscura, al igual que siempre, y se había detenido, observando con asombro a la castaña.
Jennie no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios. Lisa, después de un rato sin decir a nada y mirar a Jennie sin disimulo, se sonrojó y carraspeó.
-¿Qué haces aquí?
Jennie frunció el ceño hacia el chico que las observaba con cautela, parecía
vigilarlas.
-Tu querido novio me saboteó el casillero, así que ahora tengo este -dijo
encogiendose de hombros, sentía muchas mariposas en su estómago.
-Eso suena a algo que haría yo -dijo Lisa arrugando la nariz, Jennje no pudo evitar mirarla con felicidad.
Era muy hermosa, debería ser delito ser tan adorable y sexy al mismo tiempo.
Lisa, ante el silencio de Jennie y sus ojos analizándola, volvió a sonrojarse e
intentó abrir la puerta de su casillero conriguo al de Jennie. Sus dedos fallaban y tenía que comenzar desde el principio, mientras que Jennie la contemplaba, con una mezcla de felicidad y nerviosismo de que fueran vecinas. Levantó la vista y observó a Jackson con burla, que tenía los ojos muy abiertos, dándose cuenta de error que había cometido. Jennie soltó una risa por la expresión del chico y Lisa se volvió a verla, con ojos asesinos.
-¿De quién te ríes, fenómeno? -preguntó a la defensiva, creyendo que se estaba burlando de ella por no lograr abrir su casillero.
-De la cara de espanto de tu novio -dijo la palabra con un mal sabor en la boca, pronto borró la sonrisa de su cara y recordó la triste verdad.
"Deja de estar tan feliz, tu no le gustas a Lisa. Seguro que ni te soporta,pareces patética", se dijo así misma, mientras terminaba de guardar los libros. Lisa por fin logró abrir la puerta, parecía apresurada en buscar en el fondo de su casillero. Pronto llegó Jackson, quien le rodeó la cintura y le dió un beso rápido en los labios, fulminando con la mirada a Jennie. La neozelandesa sintió ganas de golpearlo contra el casillero.
-Amor, ya hay que ir a clase -le dijo a la castaña, mirando consuperioridad a Jennie.
Jennie sintió ganas de vomitar al escucharlo llamarla "amor".
-Claro, pero quiero que me acompañes... -respondió la castaña, pero hubo algo extraño en su frase.
Lisa miraba directamente a Jennie, casi como si le estuviera hablando a ella
en vez de a su novio.
Sin embargo, pronto sacudió su cabeza y volvió a mirar al chico, esta vezcon una sonrisa.
-Claro que te acompaño, amor -dijo llevándosela.
Jennie suspiró, por supuesto que le estaba hablando a él. La castaña ni
siquiera le había dado un último vistazo antes de irse. Ella nunca sentiríanada por Jennie, así que la castaña tendría que empezar a acostumbrarse a vivir
ignorada, solo hasta que la superase. Esperaba que fuera pronto, amar es
complicado. Hace un segundo estaba feliz y ahora, por esa simple escenita,
se sentía como la mierda.
Después de una aburridísima clase de historia, fue con pasos pesados
hacia el gimnasio, le tocaba deporte y odiaba entrenar. Lo único que amaba
de esas clases era el pequeño detalle de poder ver a Lisa con top y shorts
jugando. No todo era de color negro en el amor.
-No te quiero ver babeando por Lalisa-perra-Manoban de nuevo ¿Entendido?
-le advirtió Jisoo, mientras caminaban a los vestuarios.
Jennie la miró, sorprendida. (Sí, sí, tú hazte la loca).
-¿De qué hablas?
Jisoo rodó lo ojos.
-Jen, normalmente evitabas mitarla, pero ahora que lo sabemos y no lo
ocultas, te pasas cada rato babeando por ella, no quiero verte exponiéndote -
le espetó y Jennje sintió sus mejillas arder.
Llegaron hasta los vestidores y, para sorpresa de ambas, Rosé estaba cerca de la entrada, con top de deporte y unos shorts azules. Jisoo se tensó inmediatamente y la chica le sonrió.
Jennie podía notar tensión en el ambiente. ¿Por qué había tensión?
-Vamos, Jichu -dijo, tomándola del brazo y arrastrándola a los vestidores
individuales, la pobre estaba temblando.
-Ya está -dijo la coreana, soltando un suspiro y empezando a cambiarse.
Las dos estuvieron listas con el uniforme, realmente no era tan horrible:camiseta azul y shorts negros.
-Kim Jisoo, ¿me vas a explicar lo que sucedió hace un rato -le
preguntó a la coreana y esta dió un respingo.
-Na-nada, Jen -dijo intentando parecer distraída, pero sus orejas rojas la
delataban-. Vamos, sólo fue Rosé intentando intimidarme.
-¿Segura? Estás sudando -dijo observando las manos de su amiga.
-Ya, Jen, o haré que pases vergüenza delante de tu amorcito -se burló.
-Hazlo y te asesinó -siguió la broma, mientras ambas llegaban a la pista.
Casualmente compartían clase con Jin, que las saludó y se acerco donde
estaban.
-¿Cómo están, chicas? Lucen muy bien -dijo dándole un guiño a sus amigas, Jennie rodó los ojos.
-Cierra la boca, soy tu prima -rió Jisoo.
Estuvieron bromeando un rato, hasta que la entrenadora hizo sonar el
silbato.
-¡Lalisa Manoban! Eres la capitana -gritó, haciendo que el corazón de Jennie
revoloteara.
Era imposible no mirarla, lucía demasiado provocativa para la vista con esos shorts. Su cabello estaba amarrado en una coleta alta y pulcra. Todo lo
contrario a Jennie, ya que su coleta estaba desarmada .
Formaron dos equipos para jugar al "balón prisionero", el de Lisa y el
de otro chico que Jennie desconocía. Era guapo, pero la neozelandesa solo tenía
ojos para cierta chica en esos momentos. Observaba como Lisa mirabaentre todos los alumnos, para elegir quien entraría en su equipo, sus ojos
chocolate se posaron en ella y ahí se mantuvieron un buen rato. Jennie sintió
nervios ¿La elegiría a ella? La castaña levantó la mano y Jennie contuvo el
aliento.
-Quiero a Jisoo -dijo y todos se voltearon hacia la pequeña coreana,sorprendidos.
Jisoo abrió los ojos, sorprendida, pero fue decidida a colocarse detrás de
Lisa. Jennie la miró con asombro, mientras su amiga ladeaba la cabeza,
parecía realmente fastidiada y logró mover los labios lentamente, para que
Jennie pudiera leer la palabra "perra". La castaña  la miró con reproche y nego
con la cabeza, se indignaba cuando sus amigas se referían a Lisa de esa forma.
Después de unos turnos más, Jennie fue elegida.
-Yo quiero a la rarita -dijo el chico, apuntando a Jennie.
Cuando los equipos estuvieron acabados, la cancha se dividió en dos y comenzaron a lanzar pelotas. Jennie pensó que sería el objetivo de muchos,
pero por suerte nadie parecía notarla mucho. Sólo Lisa, que parecía lanzar todos los tiros justo en su dirección. Ella como podía, las esquivaba,pero la castaña parecía empeñada en balonear a la neozelandesa.
Jennie no comprendía el por qué solo se concentraba en ella. Tal vez, sí la odiara mucho.
Jennie atrapó el balón y eliminó a un chico, haciendo que Lisa la atrapara
después y se la devolviera, Jennie la esquivó por suerte. Todo iba bien, hasta
que solo quedaban dos chicos y Lisa; en el contrario solo Jennie y el capitán
de este.
-¡Ríndete ya, Kai! -gritó Lisa y Jennie tuvo que evitar mirarla, le parecía muy hermosa con las mejillas rojas y el cabello revuelto.
Jennie se resbaló y cayó de rodillas, muy cerca de la línea, pero ninguno de
sus rivales tenía la pelota. Lisa la observó con los ojos muy abiertos, sin
percatarse de la bola que le lanzó Kai. Iba directa a su cara y cuando alzó
el rostro, soltó un chillido.
Jennie no lo pensó dos veces y, levantándose, colocó su cabeza en medio de la trayectoria, recibiendo un fuerte golpe en la nuca.
-¡Ouch! -se quejó al escuchar el silbato.
-¡Kim, fuera! -le gritó la entrenadora a Jennie, que ahora era consciente de lo que acababa de hacer. Malditos impulsos.
-¿Qué mierda hiciste, fenómeno? -gritó Kai, muy enfadado y Jennie hizo una mueca, quien le llamaba fenómeno era Lisa, no él.
No quiso mirar a la castaña, se levantó con la cabeza gacha, sintiendo un
gran dolor y fue a sentarse junto a Jisoo. Ella sacudía la cabeza y le dió un
golpe en el hombro.
-¡Eso fue esúpido!
-Le hubieran dado en toda la cara -se defendió, pero jisoo suspiró irritada.
-¡Pues la hubieras dejado, se lo merece!
Jennie no respondió, sabía que su amiga tenía toda la razón. Se mantuvo
viendo cómo terminaba el juego, en silencio, y bajo la mirada de acusación
de su amiga, seguramente más tarde Sana se enteraría y también la regañaría.
Al salir, en el vestidor ya casi todos se habían largado, Jennje acariciaba el
golpe rojo en su nuca, sí que le había dolido. Quien hubiera lanzado ese
balón, debía tener un brazo prodigioso.
Jisoo dijo que la esperaría fuera y salió corriendo, casualmente evitando
encontrarse con Rosé. La neozelandesa se encontraba secándose el rostro con una toalla cuando sintió a alguien a sus espaldas.
-Eso fue patético, Kim -dijo Lisa recostada en los casilleros, conel cabello suelto y sus mejillas aún rojas del cansancio.
-¿De qué mierda hablas? -le dijo sin ganas de jugar, aunque su cuerpo
temblara por la visión de la castaña en esas condiciones, sentía un fuerte
dolor en la cabeza y en el cuello.
-¿Por qué te pusiste frente al balón? -preguntó acercándose lentamente,
hasta estar a pocos centímetros de Jennie, ella seguía con su mano en su
nuca-. Tienes que frotar el punto lastimado, idiota. Si no, no dejará de doler.
-Eso hago -pero en realidad frotaba cualquier parte del cuello e hizo una
mueca de dolor.
-Eres la persona más inútil que he visto en mi vida -le chistó Lisa,alzando la mano y apartando las de Jennie.
Ella misma, con sus pequeñas y delicadas manos, comenzó a trazarcírculos en el punto exacto del golpe, detrás de su nuca, tocándole levemente el cabello. Se supone que Jennie debía estar relajada, pero aquel gesto envió una gran cantidad de choques eléctricos a su cuerpo, las mariposas parecían querer devorarle el estómago.
Lisa la observó de una forma extraña, para Jennie, que siempre acostumbraba a verla enojada o burlona, pero ahora tenía una mirada masdulce, hasta cariñosa.
Algo muy nuevo para la castaña.
-¿Por qué te pusiste frente a la pelota? -preguntó y Jennie apartó los ojos,
nerviosa.
"Inventa algo, imbécil, que parezca que no te importa" -se dijo a ella
misma.
-¿Quién dijo que me puse frente a la pelota? -bien hecho Jennie, eres toda
una maestra del engaño. Idiota.
Lisa alzó una de sus perfectas cejas.
-Nadie lo dijo, todos lo vieron.
-Pues vieron mal -mintió, acercándose a la castaña.
Estaba tan distraída con su perfume, que no se percató de que Lisa también se había acercado, aun con su mano en la nuca. Ya no le frotaba a el cuello, ahora solo jugaba con su cabello.
-¿Ah, si? -los ojos dulces se fueron, y apareció la mirada chisposa que la
caracterizaba, Jennie sonrió.
-Caí frente a ti, me estaba levantando tranquilamente y justo sentí un
golpe en la cabeza. Al darme cuenta, vi que te había salvado de una buena.
Qué pena, podría haber ganado -dijo fingiendo indiferencia, las caricias de
la castaña se detuvieron, sus ojos observaron con furia a la neozelandesa, paradespués separarse de ella.
-Qué suerte, ya pensaba que sí estabas enamorada de mi -se burló,apartándose aún mas de ella mientras le mostraba una sonrisa hipócrita.
A Jennie le dolió, pero muy a su pesar, sabía que debía ser así.
-Ya te dije, primero besaría a Joy antes...
-Que a mi, me sé el resto -dijo apretando los dientes, después alzó labarbilla con superioridad y mostró otra sonrisa mortal-. Ya veremos,fenómeno. Al igual que todos en este instituto, caeras loca por mí.
La fulminó con la mirada y se fue caminando con seguridad, hasta
desaparecer entre los vestidores.
Jennie suspiró.
"Tú ya me tienes loca", eso fue lo que deseó haberle respondido, pero
prefirió cambiarse en silencio, aun sentía la mano de Lisa en su cuello.
Era la primera vez que habían tenido contacto físico, y hasta entonces
Jennie no sabía lo mucho que necesitaba el tacto de la castaña.

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