XIII

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Tipo de Narrador: Tercera Persona

Hay días buenos, días malos, días regulares todo depende del ángulo en el que se mire, Cossimo había ido día tras día desde que recibió el mensaje de Arthur al castillo de Salisbury, el luto a su madre siendo aún latente como los daños ocasionados por las armas que aún no tiene idea de cómo se manejan

Ya que es una tecnología tan fuerte que destruyó todo a su paso, entre esos la vida de su madre, las doncellas del castillo se asustaron al verlo de nuevo, Arthur se había ido al norte y regresaba ese día, aún sentía una rabia inmensa

Tal vez no tanto con su hija, ya que Alaia era lo más importante para su vida, su antigua esposa le trajo lo mejor del mundo, esa pequeña de cabello dorado y actitud prepotente tiene tanto de ambos que se molesta consigo mismo ya que haberla obligado a casarse nunca estuvo en sus planes

Y su temor a lo desconocido le generó el rechazo nato al rey de Olive, sospechaba que Joseph tenía muchas cosas en su país, lo que encontró escondido en los galones de agua le dió una idea, y que no había usado pues lo estaba guardando para algo especial

Lamió sus labios viendo el atardecer bañar el cielo aún sobre la nieve que no dejaba de caer, y atesoro en sus manos lo que había conseguido para su hija, después de todo estaba cumpliendo 18 años , su pequeña princesa ya tenía 18

Suspiró con nerviosismo y aún con la rabia pupulando en su sistema mientras salía del pequeño castillo del norte y avanzaba hacia el auto con el regalo para su hija entre manos, no esperaba solucionar las cosas, esperaba que al menos el resentimiento entre ambos pasará

Cossimo aguardo en silencio, leyendo algún informe sobre el avance de las amenazas de guerra que aún seguía recibiendo, mientras las doncellas no sabían que más hacer, ya que todas las excusas habían sido dichas y el secreto de la princesa pronto sería revelado

Y eso sin duda sería un mal día para todos de ese lado de la región

* * *

Alaia observaba el hermoso vestido que habían terminado de confeccionar, el color resaltaba entre tanto vino que se apreciaba en la habitación, miraba con atención cada fino detalle, cada mínimo bordado, todo estaba hecho a la perfección para ella

—Mañana es un día especial alteza — murmuró, Carmina la doncella que Joseph había designado para ella, congeniaban bien ya que solo se llevaban algunos cuantos años, Alaia volvió a mirar el vestido y asintió con una sonrisa

—Lo tengo presente, Carmina — las palabras siendo amargas aún cuando estaba feliz, se casaría con la persona que quería, y podría conseguir una futura unión que beneficiaria a su pueblo

Se tocó el cuello, acariciando la joya que su madre le había obsequiado, y luego mira la joya entre sus dedos, que seguro costaba más que la pequeña mansión en el norte, claro que mañana sería un día especial

Pero ese día en particular también lo era, pero se sentía como vacío y triste, sería su primer cumpleaños sin su padre, sin sus noches de estrellas y tartas de frambuesa

Suspiró conteniendo las lágrimas, estaba haciendo lo correcto y jamás se retrataría de ello, pero aún así sintio el peso del silencio que le siguió cuando le contesto a la doncella recordando cada uno de sus cumpleaños

Su Majestad [Tronos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora