XLII

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Capítulo Final

Alaia

Unas horas después de la coronación

Hannah baila su sexta canción con Aarón, mientras siento una mirada fija clavada sobre mi espalda

—Diablos mujer, yo si me casaría contigo — expreso con una sonrisa, hacia Cinnia que se sienta a mi lado, ella sonríe rodando los ojos

La última vez que la Vi, su vientre estaba por explotar y su enfermedad se había complicado y aquí está bailando y sonriendo como nunca antes ya que está sana gracias a las medicinas de Hannah

—Tu hija es alguna tipo de bruja — expresa viendo el mismo lugar que yo, y sonrió porque lo que quiere dar a entender — ninguna medicina en salisbury me había hecho salir de cama, y mucho menos, tener estos tacones que no había usado en más de 20 años

Suspira

»—Me agrada, me alegra que se hayan casado — expresa y yo asiento — firmaron la unión, y ahora estarán gobernado dos naciones que fueron enemigas toda su vida

Asiento

Lograron lo que quería desde que conocí a Joseph, cambio el lugar de mi mirada, Joseph mira a Hannah, viéndola con un brillo en los ojos que no me pasa desapercibido

Cierra los ojos y luego me ve, nuestras miradas chocan y me quedo observandolo, es el primero en apartar la mirada dando un sorbo a su copa, Robert se acerca para llevar a su esposa a bailar, y yo vuelvo a suspirar, añorando eso que perdí hace tanto que sigue latiendo fuerte en mi pecho

Aún cuando el me dejó en Merced del diablo

Cuando pase tantos años de eterno sufrimiento por su culpa, algo en mi pecho sigue latiendo por el, quedó viendo un punto fijo dónde la sombra que lleva siguiendonos desde que salimos del castillo se encuentra

Bebo un sorbo de agua y levanto la vista cuando una figura se coloca frente a mi, Joseph sonríe de lado, y enarco una ceja

—¿Tendrá usted el honor de concederme este baile? — pregunta haciéndome recordar la primera noche que nos conocimos y suspiro, ignorando la presencia de aquella sombra para aceptar la mano que me ofrece

Joseph sonríe, pero yo me mantengo impasible, mientras el me rodea la cintura pegandome a él y cierro los ojos, impregnadome su aroma, cómo si bailar con quién aún es mi esposo fuera algo novedoso e imposible de creer el salón queda en silencio

Y me sumo a el, dejando que la música llene la estancia y los pasos sean guiados por un compás preciso que me lleva de un lado a otro, mi corazón latiendo al ritmo de la sintonía que marca el ritmo que llevamos, mientras su corazón se une al mío, poniéndome peor

Y aunque me concentro solo en mover mi cuerpo con el suyo, los recuerdos se agolpan, uno tras otro mientras las lágrimas quieren es escapar de mis ojos, muerdo mi labio esperando que el temblor de mi barbilla termine así como también el baile se acabe

—Alaia — Joseph susurra, su voz es un dilema cuando la mía no quiere salir y suspiro aguantando tanto, y no parece ya que solo me separó y hago una reverencia cómo solía ser costumbre en los bailes de nuestra época

Su Majestad [Tronos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora