XXXI

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Joseph

Fui testigo de tu traición, del dolor que quedaría si me quedaba a tu lado, no es sencillo porque te quería como nadie antes se había querido, me diste migajas de lo que yo merecía porciones enteras y no fue justo que haya sido la única en entregar todo

Por eso, aquí , donde estoy lejos de ti, por fin puedo decir que estoy en paz, lo siento por mi hija, y por todo lo que pudimos vivir pero fuiste el causante de ello, cómo si nada importará me apartaste de ella y ahora soy yo quien no quiere volver

Deja de buscarme, quédate con el recuerdo de lo que pudo ser y yo también haré lo mismo, viviendo mi vida lejos de ti

Por siempre y para siempre, Alaia

* * *

El pedazo de papel está arrugado pero aún no lo he roto, ya que el peso de sus palabras cala mi piel como cada día desde que lo recibí hace 5 años, se que está en Cortona, por las fotos que recibo cada mes sin falta del Nilo que crece en los brazos de su madre

Mientras mi hija, me pregunta cada día que pasa con la suya, hace poco le expliqué de una manera que entendiera que había pasado con Alaia aún cuando el recuerdo de su nombre hace doler mi corazón como cada segundo lejos de su lado

La necesito

Nunca he dejado de hacerlo, aún cuando ella me envió una carta diciendo que siguiera con mi vida, aún cuando Arthur y Cossimo recrearon armas y las pusieron en cada punto de mi pueblo para hacerlo estallar si me atrevía a pasar la frontera

Ya han encontrado varias pero aún siguen ahí, suelto un suspiro escuchando la puerta abriéndose, me quito los lentes de lectura sobre el escritorio escuchando los pasos de Hannah, su mirada violeta choca con la mía y cruza los brazos con algo de furia

Tiene 5 y habla como una persona de más edad, además esa actitud arrogante me hace recordar tanto a su madre que muchas veces escucharla duele

—Padre tenemos que hablar — murmura, levanto una ceja y la invito a sentarse, lo hace sobre mis piernas con los brazos cruzados y esa mirada que me indica que está enojada

—Soy todo oídos, majestad — expreso algo burlón ante su tono de voz

—No te burles de mi padre — expresa y levanto las manos con una sonrisa que a ella la hace apretar los labios y entonces me pongo serio escondiendo la sonrisa que me causa — ya estoy harta, dijiste que me darías una mamá y no lo has hecho, y quiero una mamá, hoy mismo

Suspiro, mi actitud decae, y ella lo nota pero se mantiene firme en su postura, cierro los ojos y aprieto los labios, hace meses me comentó que quería una, ya que Carmina no le servía, porque todo el mundo sabía que no era su mamá y aunque le expliqué que era imposible que su mamá volviera ella siguió insistiendo

Hasta que le prometí que le daría una 'mamá', y no he podido dársela porque quería recuperar a la suya primordialmente, suelto otro suspiro y miro la ventana antes de asentir

—Esta bien princesa — murmuró en un susurro, ella sonríe y se inclina para dejar un beso en mi mejilla que no me distrae de mis pensamientos, solo la veo salir gritando el nombre de su Nana, mientras yo observó el castillo de Salisbury, y los momentos que viví yendo por Alaia para pasar largas horas conversando

Su Majestad [Tronos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora