XXXV

41 3 2
                                    

Joseph

—Majestad...— la voz le tiembla mientras tomo a mi hija y la reviso a conciencia, Hannah tiene un pequeño morado sobre la nuca y al inicio del cabello como si lo hubieran jalado tanto, queriendolo arrancar, tiene lagrimas en los ojos y se sostiene el rostro con su pequeña mano, tomo una inhalacion profunda

—Carmina — llamo con lavoz tensa, y la susodicha toma a Hannah y se la lleva en brazos, mi hija no dice nada pero me observa hasta que sale por completo, avanzó hasta la mujer, su cabello negro cae por su rostro y lágrimas bañan sus ojos negros

Estoy tan furioso que no noto diferencia cuando la tomo del inicio de cabello y la obligó a mirarme, su mirada palidece al igual que su piel, y tengo tanta rabia que no me mido a la hora de hacer que su cara toque el suelo, lloriquea y pide piedad

Pero solo me basta recordar los pequeños moretones en la piel de Hannah para tomarla con más fuerza y hacer que sangre, mientras la arrastró a la salida, se la tiró a los guardias mientras le pido que me sigan, ellos la toman con más fuerza de la que yo ejerci

Del piso no se levanta, y varios de sus huesos crujen conforme avanzamos, el castillo es enorme, y conozco cada espacio del lugar después que lo reconstruyeron, por lo que se me hace fácil avanzar conciente que los guardias me siguen

Bajamos casi cuatro pisos, la estructura arde y abro los botones de mi camisa, sintiéndome con calor y exhausto por mis días sin dormir, la mujer a mis pies llora y aún cuando de su cuerpo brota sangre se abraza a mis pies llorando, pidiendo algún tipo de clemencia

—Mi padre te envío para engatusarme — aseguro mientras me pongo de cuclillas y tomo su cabello que cede ante mi mano, aún cuando no lo estoy haciendo tan fuerte — te hiciste pasar como una oveja , un simple cordero, añorando algo del poder del Rey, tener los lujos con los que muchos sueñan

»—Tener una nación a tus pies, y tal vez pudiste haberlo disfrutado — murmuró algo irónico, ella me ve con sus ojos curiosos ante lo que está por salir de mi boca —  pero tan idiota como para pensar que empezaste a maltratar a mi hija — sonrió sacudiendo la cabeza — la princesa de la nación, la mujer más valiosa del pueblo, ¿Por qué creías que jamás me iba a enterar?

Ella traga en seco, sus pupilas dilatadas y el otro rostro que ignore por meses, mientras jugaba con mi hija, hasta que ella llegó llorando, mostrándome los moretones que está estúpida le había provocado

Delante de mi era la mujer ideal, según los estereotipos de sociedad, a solas era una bruja que la hacía llorar, sobre todo mencionando a Alaia, o eso me contó Carmina en el recorrido de mi despacho, al salón de juegos de Hannah

—Majes... — la bofetada que le doy le voltea la cara, la sangre escurre de su nariz, me levanto del piso y la pateó, sintiendome impotente, fueron 60 días que estuvo al lado de Hannah, y no se desde cuándo empezó el abuso

—No te he dado autorización de hablar — gruño, volviendo a patearla — bienvenida al infierno, en este lugar, desearas haber muerto, antes incluso de pasar una noche

Me acomodo los gemelos del traje dando media vuelta, ella intenta a decir algo, pero uno de los guardias, le da un golpe seco con el cencerro, logrando que quede inconsiente, la miro de reojo, siendo encerrada en una celda en la que tiene que estar de pie, por obligación y la atan

No tengo que dar explicaciones de lo que sucede aquí, o lo que sucederá, pues al construir este calabozo las instrucciones para cualquier persona que fuera enviada aquí ya estaba dada, subo los escalones, cambiándome de ropa cuando llegó a la zona de habitaciones, y luego voy en busca de mi hija

Su Majestad [Tronos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora