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Gisly estaba organizando una fiesta. Samir y Teivel lo estaban ayudando a organizarla y ver quienes iban a ir.
—Entonces ¿a quién más invitamos?—preguntó el signo de aire dejando de lado su lápiz con un pompón en el extremo.
Teivel estaba limando las uñas sentado en la silla de escritorio de la gran habitación del signo de aire mientras Samir jugaba candy crush en su celular de forma concentrada.
—Pues, tenemos a los del equipo de natación, los de basquetball, los de fútbol americano. A los porristas también los invitamos...—nombró Teivel haciendo el recuento.
—¡Podemos invitar a Ellis!—propuso Gisly con una sonrisa malvada.
—Oh...podrían salir pequeñas cosas si lo invitamos—Teivel sonrió con maldad—. A Ellis y a esos otros dos.
—Además, lo queramos o no. Ellis de forma extraña es bastante popular—habló Gisly—¿Tu que opinas, Samy?
—¡No!—gritó sobresaltado asustando a sus dos amigos—¡Malditos ositos de gomita!
—Ah, yo pensé que la idea no te agradaba—habló Gisly poniendo una mano sobre su pecho aliviado.
—La idea me parece buena—respondió apagando su teléfono y mirando a sus dos amigos—. Alguno de ellos puede pasar una gran vergüenza de la cual podemos sacar provecho.
Teivel y Gisly se miraron entre ellos sorprendidos. Las palabras de Samir sonaron frías y calculadoras atípicas del signo de fuego.
—Bueno, entonces está decidido—concluyó Gisly con una sonrisa. Sus amigos también sonrieron.
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Ellis volvió hasta donde estaban sus dos amigos esperándolo.
—Estamos invitados a la fiesta de Gisly—contó Ellis de forma tranquila.
—Oh, vaya—soltó Cory sin ninguna expresión y de manera monótona—. Estoy sorprendido.
Ellis lo miró pero el signo de tierra no parecía sorprendido en lo absoluto, más parecía ido.
—¿Estás seguro de que te lo dijeron en plural?—le preguntó Akram desconcertado.
—Pues, sí—concordó Ellis pensando.
—Eh...¿estás seguro de que podemos ir, Elly? Digo, todo el instituto parece odiarme, excepto por Bob—se cruzó de brazos—. Él sí escucha mis teorías de que hay vida en otros planetas—hace un puchero.
—Dejen de dudar. Me dijo expresamente que también estaban invitados—les aclaró Ellis en un suspiro—. Ahora. Akram, iremos a tu casa.
