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El día del partido había llegado. Todos estaban bien, Teivel mejor que nunca.
Leonard y Lino tenían claro, no era por presumir pero sabían que iban a ganar.
Akram había ido a regañadientes luego de las súplicas de Ellis y Cory. Este último solo pensaba en ir para ver al león jugar, no sabía cómo pero ese "hombre tóxico" como siempre lo nombraba Akram lo atraía de forma inexplicable.
Teivel sonreía y hablaba con las porristas de forma animada.
—Lo haremos como lo practicamos arduamente—les habló de forma motivadora.
Teivel se veía mucho más vivo que antes y Gisly junto con Samir lo notaban sintiéndose felices de la motivación de su mejor amigo.
Comenzaron a entrar al campus para realizar su presentación correspondiente antes del partido. Los jugadores se preparaban dentro de los camarines. Leonard veía embobado a Teivel, definitivamente era sexy y le encantaba tenerlo de novio.
Lino también veía a los y las porristas, pensando en que hacían un trabajo impresionante y que Teivel era un excelente líder. Era genuinamente talentoso.
Cuando terminaron, el entrenador les dio la señal para comenzar a salir y fueron recibidos por vitoreos por parte de la audiencia.
Los jugadores saludaron y se posicionaron en su lugar correspondiente.
El equipo contrario se veía genuinamente débil. Leonard les sonrió de forma altanera y el juego comenzó.
Max era un alfa del equipo contrario que encontró lindo a Teivel y cada vez que podía intercambiaba miradas con este, de las cuales el omega correspondía de forma coqueta.
Leonard lo noto muchas veces y eso lo estaba enfadando, su novio estaba mirando a alguien que no era él y ni siquiera era del instituto, tampoco un jugador.
Ese enfado lo usó como detonante para ganar. Aunque estaba más enfadado con Teivel que con el alfa, aunque eso no quitaba que le quería arrancar los dientes a ese idiota insignificante.
Cory miraba embobado a Leonard. Akram estaba hastiado del ruido que hacía una beta a su lado, era jodidamente chillona. Ellis estaba impresionado de lo buenos que eran los jugadores de su instituto.
—Me quiero ir—lloriqueó Akram mirando a Cory. El más bajo lo miró con un puchero.
—Te juro que te regalaré un helado pero por favor quédate conmigo—dijo abrazando a su amigo aun sin apartar sus ojos del número uno.
—Ya, está bien—sucumbió—¿Ellis, te gusta el fútbol americano?—lo miró curioso.
—No mucho. Es muy violento—respondió haciendo una mueca—, solo quería ver si eran buenos o no y sorpresivamente lo son.
