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Gisly se besaba con el sexto alfa de la noche pero nunca estaba lo suficientemente satisfecho.
—Tócame~—pidió en un suspiro lastimero y el alfa no se hizo de rogar. Pero el omega al no sentirse satisfecho se alejó—¿Sabes qué? Me aburrí.
El signo de aire tomó su vaso y dejó al alfa ahí. Gisly sonrió al ver la gran sonrisa del signo de fuego. Si bien se habían besado en el baile el cual considero uno de los momentos más mágicos de su vida, ninguno se había atrevido a dar el siguiente paso.
Aaron al notar que el signo de aire lo miraba, le sonrió tiernamente y levantó el brazo en señal de brindar, Gisly hizo lo mismo y ambos se llevaron el vaso a sus labios tomando el contenido.
Teivel estaba harto de ver a Leonard así que subió las escaleras encerrándose en su habitación en la casa de Gisly, porque si, Samir y Teivel tienen su propia habitación en la casa del signo de aire.
Lino quien estaba calmado tomando de su vaso noto que el signo de tierra había subido las escaleras, dejó su vaso a un lado. Vio a Akram y a Ellis cerca de la mesa de comidas y decidió acercarse.
—Hola, chicos, se ven muy bien hoy—les sonríe a ambos y estos se las devuelven. Cory se besaba con un alfa a lo lejos mientras bailaba.
—Tu también estas guapo, Lin—Akram le guiño de forma divertida—¿Y seguirás a tu amor?—le preguntó mirando hacia las escaleras. Lino se sonrojó y miró los bocadillos tímidamente.
—Eh, sí...eso planeaba, Tei se ve bastante decaído—mencionó mordiendo su labio inferior—. Bueno, claro, si termino con Leo.
Ellis y Akram se miraron con sorpresa.
—¡¿Terminaron?!—ambos preguntaron al mismo tiempo.
—Ya era hora—habló el acuariano al salir de su asombro—¿Te lo contó Leonard?
—Pues sí, pero solamente me dijo eso. No me dijo él por qué ni nada parecido—contó encogiéndose de hombros.
—Oh...—soltó el escorpión.
—Bueno, le llevaré estos que sé que le gustan— tomó un plato y colocó bocadillos en él.
—Suerte, Lin. Aunque probablemente no la necesites—le dijo Akram palmeando el brazo del contrario quien le regaló una sonrisa amable a ambos y se encaminó hacia las escaleras.
—Te apuesto 30 dólares a que va a pasar algo—apostó Ellis.
—No me apuestes porque estoy también seguro de que pasara algo—confirmó y Ellis bufó indignado.
Deimos se acercó a Akram y le extendió la mano.
—¿Quieres bailar?—le preguntó.
Akram miró a Ellis quien solo se encogió de hombros, el signo de aire tomó la mano del más alto quien lo llevó a la pista de baile.
