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Pierce le avisó a los padres del omega de la situación que pasaba nuevamente con este, Sirio apretó el teléfono al escuchar lo que la pareja de su cachorro le decía.
Tomó todas sus cosas y partió nuevamente al maldito instituto, luego de hablar con Crux para acordar encontrarse ahí.
Sabía que a la directora actual la habían estado investigando por cosas extrañas y esperaba fervientemente que la cambiaran por su maldita negligencia.
En el lugar ya estaba Pierce abrazando al omega que se aferraba a su pareja con una mueca triste en su rostro.
—Ya hice que llamaran a los padres de Teivel—murmuró el alfa joven y los dos mayores asintieron.
—Gracias, Pierce—Sirio le sonrió de lado y se acercó a su hijo que le sonrió de forma temblorosa.
—Lo siento, papá, no quería que vinieran pero Pierce insistió en llamarlos.
Sirio negó con fuerza sonriéndole acariciando con suavidad su cabello.
Los dos caminaron hacia el instituto.
Nath llegó junto a Aitné minutos más tarde, en la oficina ya se encontraba Sirio junto a Crux; Nath rodó sus ojos hastiado, no quería ver más a ese alfa marica, como lo denominaba.
Como siempre se enfrascaron en una discusión en las que Ajax no tenía nada de las de ganar.
Terminaron en nada, como siempre.
Pero esta vez, Sirio estaba completamente enojado con la violencia que ejercía el hijo de Nath sin ninguna justificación hacia su cachorro.
Teivel estaba de brazos cruzados con cara de odio junto a Gisly y Samir. Al frente estaba Akram junto a sus amigos y pareja.
Crux intentó calmar a su pareja pero este estaba colérico.
Sin meditarlo golpeó a Nath que sonreía con suficiencia mientras le decía a su hijo que no pasaría nada, como siempre.
Los ojos de Teivel se agrandaron y se levantó.
—¡Papi!—gritó estupefacto sin saber qué hacer. Aitné lo puso detrás de él protegiéndolo de ese alfa enojado.
Nath sacó un pañuelo para limpiarse el labio roto y la nariz ensangrentada. Sirio respiraba con agitación con sus puños cerrados.
—¿Ves, TeiTei?—habló la mujer—¡Esto es lo que pasa cuando vas a escuelas públicas, te conviertes en un animal!
Sirio miraba a la familia Nichols con un odio impresionante.
—Aquí la única bestia es al que tienen de hijo—murmuró mirando a Teivel que se escondió detrás de su madre.
