15 | Como en los viejos tiempos

3.5K 385 174
                                    

Capítulo dedicado a Yanet3abi

15 | Como en los viejos tiempos

Alice

— Siento que se me va a salir el cerebro por la nariz en cualquier instante.

Si otro fuera el momento, ahora mismo me hubiera burlando por el comentario de Michelle, pero, para mi muy mala suerte, yo estoy exactamente igual. Leah, por otro lado, sí se da el lujo de reír, pues ella se ha librado de pescar este tremendo resfriado luego de… nuestra pequeña aventura bajo la lluvia de hace dos día, luego de nuestra última hora de clases, cuando a Michelle le falló el motor del auto y tuvimos que correr las dos últimas cuadras hacia mi casa.

— Aún me pregunto cómo demonios es que ambas han quedado así de enfermas, mientras yo me siento muy bien. ¿Acaso se han estado besando sin mí, perras? — Levanta una ceja y yo ruedo los ojos. Ante el movimiento, mis sienes palpita.

— Sabes que no reforzamos amistad si no estamos las tres juntas, tranquila — le sigo el juego a lo que ríe.

— Tal vez debería hacer un horario y turnarme para ir cuidarlas después de la escuela — dice.

— Eso sería muy lindo de tu parte — le responde Michelle a lo que yo asiento, mostrándome de acuerdo.

Veo como, a través de la pantalla de mi laptop, Michelle se estira sobre su cama para agarrar un pañito desechable y soplarse la nariz. Cuando mira la suciedad en el trozo de papel blanco, hace una mueca.

— ¡Dios mío! ¡Que verde y viscoso está! — Exclama horrorizada.

— Okay, Michelle, no queremos saber el estado actual de las asquerosidades que botas por la nariz — Leah dice, entre risas.

Por la posición, sé que está tirada sobre su cama, con la laptop sobre su panza. Yo, en cambio, estoy sentada, cómo Michelle, en el piso de mi habitación, junto a una taza de té caliente que mi padre me ha traído hace unos minutos, y una caja de pañuelos.

— Hablando de cosas asquerosas… ¡No tienen idea de lo que me ha ocurrido hoy! — Leah exclama. Debido a la emoción en su voz, y al hecho de que se ha incorporado de la cama como si hubiera sido impulsada por un resorte, sé que, sea lo que sea que nos dirá, será tremendo.

— ¿Qué ocurrió? — Me intereso.

— ¡Me bajó la regla!

— Pues felicidades, no estás embarazada, Leah.

— Para estar botando cerebro por la nariz, sigues teniendo el sentido del humor intacto, Michelle.

Ante las palabras de Leah, Michelle le saca la lengua en un gesto infantil que me hace reír. Por otro lado, Leah la ignora y sigue hablando:

— Pero… volviendo a lo que les quería decir... Se me adelantó este mes. Se supone que me bajaba en una semana. Y no estaba lista para su llegada. Siempre tengo tampones en caso de emergencias, pero esta mañana cambié de bolso y se me olvidó meter algunos. Fui a un café y estaba haciendo la fila cuando… ¡una chica me dijo que me había manchado! Por suerte tenía un suéter. Me lo amarré en la cintura y fui al baño del café. Terminé agarrando un montón de papel higiénico para evitar que la pantaleta se me siguiera manchando de sangre.

Y para cuando termina, Michelle y yo ya no podemos aguantar más la risa. 

— ¡No sé rían! ¡Fue espantoso! — Chilla, pero ella también se está riendo — Creo que… ha sido uno de los momentos más vergonzoso de mi vida. Incluso supera la vez que fui a la playa y un estúpido niño se echó a reír del horrible tatuaje que tenía en mi trasero. Nunca volví a ver Tom & Jerry de la misma forma — suspira y luego añade —: Aparte de mi caótico y sangriento día, pasó algo más… — comunica, y por el tono que emplea al hablar, sé que está a punto de soltar un bomba. Y no me equivoco cuando dice —: Me encontré a Damián Hayes.

Todo lo que juntos podemos ser ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora