19 | Aclarar un mal entendido

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19 | Aclarar un mal entendido

Alice

Hay palabras que duelen. Palabras que se clavan tan hondo que recordarlas hacen que ardan. Cómo cuando una herida está abierta y le echan sal y limón. Y a mí me duele lo que Blake me dijo. Quiero hacerme la fuerte. Quiero hacerme creer a mí misma que no, que no siento nada por lo que me dijo la noche anterior, que no debe dolerme, que no debo sentir nada, porque él a mí no me importa, pero estaría mintiendo de manera horrible. Y de nada sirve mentirme a mí misma, cuando el dolor es algo que puedo palmar. Me duele en el pecho. Tengo un nuevo enorme en la garganta que no me ha abandonado desde ayer en la noche.

“¿Sabes algo, Alice? Si me juzgas, sin darme la oportunidad de aclararte las cosas, tal vez la que no vale la pena aquí, seas tú. ”

Otra vez se proyectan en mi cabeza y el corazón me da un salto. Joder. Me llevo una mano al pecho y trago saliva.

Si así me siento yo, ¿cómo se debería sentir él? Me siento aun más mal pensar que lo he lastimado. Y me he dicho muchas veces que no debería sentirme así, porque él no me importa. Pero, joder, no puedo ser hipócrita conmigo misma. Él me importa. Y mucho. Porque si no me importa, entonces no me hubiera dolido ni puesto celosa al enterarme de la cita que tuvo con Leah; tampoco me hubiera lastimado tanto sus palabras, y mucho menos me estaría sintiendo así de mal con la idea de haberlo lastimado a él.

— ¡No entiendo un carajo de esta mierda!

El vocifero de Michelle me hace dar un respingo. Confundida la miro. Está sentada en el suelo de la sala, con los codos apoyados sobre la mesita de centro frente a nosotras. El libro de álgebra está abierto de par en par, mostrando dos páginas llenas de algoritmos raros. Se lleva una mano al cabello y se lo echa hacia atrás.

— Yo menos — Leah bufa al otro lado, cerrando de un golpe la libreta. Le coloca la tapa al lapicero y me enfoca — ¿Qué hay de ti? ¿Entiendes algo?

Desorientada miro el libro abierto sobre mi regazo y niego con la cabeza.

— No. Nada.

Leah suspira y se encorva.

— Genial — suelta con sarcasmo —Vamos a raspar.

— ¡No puedo fallar en este examen! Reprobé el último.

Michelle se lamenta a lo que Leah la abraza y le brinda consuelo.

— Vamos a tener que copiarnos — a penas Leah decir esto, Michelle se aleja, horrorizada.

— ¿Lo dices en serio? — Mi amiga levanta una ceja.

— ¿Tienes una mejor idea? — Leah tampoco levanta una ceja.

— Sí. Estudiar.

Leah está a punto de responderle algo cuando se calla de inmediato. Y lo hace porque justo entonces Blake hace acto de presencia. Va vestido de mono deportivo y camiseta blanca, que deja al descubierto sus brazos fuertes y tatuajes. Ni siquiera mira hacia donde estamos nosotras, pero yo no puedo dejar de mirarlo. Avanza en silencio hasta la cocina. No dura mucho ahí. Lo vemos salir con un vaso lleno de agua y luego sube de nuevo las escaleras. Todo esto sin decir nada. Ignorando por completo nuestra presencia.

— Está cómo molesto, ¿verdad? — Miro a Leah, que me está mirando a mí. Obviamente la pregunta es para mí.

Me encojo de hombros y me acomodo mejor en mi sitio.

— No tengo ni idea. Sabes que no hablo con él. Tampoco me interesa.

«Mentirosa» La voz de mi cabeza molesta y yo ruedo los ojos. Claro que soy una mentirosa. Y una mentirosa de lo peor.

Todo lo que juntos podemos ser ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora