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|Capítulo cuatro: "Conversación"|

11 de Julio, 2022.

Manchester, Inglaterra.

ALEJANDRO.

—¿Viven lejos?—. Preguntó Rhys apenas me senté en el sillón luego de llevar a las chicas a su departamento.

—No, cerquita, unas 20 cuadras—. Respondí, tirándome hacia atrás, quedando practicamente acostado en el sillón.

—¿Dónde viven?—. Preguntó Daniel, que estaba yendo y viniendo, junto con Marc, de nuestra habitación.

—En el Hilton, no sé qué piso—. Dije, cerrando los ojos—. ¿Se van a quedar, no?—. Le pregunté a Rhys.

—Si, los chicos están ordenando el cuarto—. Respondió y yo asentí sin abrir los ojos.

Yo empecé a vivir con Daniel cuando llegué a Manchester porque ése departamento te lo otorgaba el club. Llegué solo, mi familia se quedó en España y yo me mudé a Inglaterra, al departamento de un compañero que no conocía. Afortunadamente, terminó siendo buena onda y por él conocí a Rhys, con el que formé una linda amistad. A Marc ya lo conocía, de la Selección de España y estuve tan feliz cuando llegó porque ya estaba harto de que nadie pudiera pronunciar mi nombre y necesitaba a alguien que lo dijera bien.

Como Rhys era amigo de Daniel y Marc amigo mío, y Daniel y yo vivíamos juntos, siempre terminábamos juntándonos los cuatro hasta que llegamos a ser un grupo de amigos. De regalo de cumpleaños de Marc, el de 2021, el primero que pasamos los cuatro juntos, le dimos una pulserita roja con nuestras iniciales "ADR" mientras que la mía decía "DMR", la de Daniel "AMR" y la de Rhys "ADM". Un gesto para sellar nuestra amistad.

El departamento que compartíamos Daniel y yo no era muy grande, pero era espacioso. Nosotros dormíamos en la misma habitación porque queríamos dejar una habitación para los invitados. Bah, en realidad, él quería dejar una habitación para los invitados y yo acaté su pedido porque se había puesto muy pesado con el tema cuando le dije que estaba de novio y que ella iba a venir de vez en cuando a verme. Él quería que cuando ella viniera, yo durmiera con ella en la otra habitación.

En realidad, ésa habitación nunca tuvo mucho uso de nuestra parte. La usábamos cuando iba Eva hasta que dejó de ir y cuando iba mi hermano o algún familiar de Daniel, pero después nunca más porque cuando se quedaban Marc y Rhys lo que hacían era tirar un par de colchones entre mi cama y la de Daniel y dormir ahí.

De hecho, por ésa razón estaban yendo y viniendo del cuarto, porque estaban organizando eso.

—Me cayó bien Melody, Alex—. Me dio su opinión Rhys y yo sonreí antes de abrir los ojos.

—Pero más su amiga, ¿O no?—. Le dije, en tono pícaro, viendo que se había sonrojado. Yo me había dado cuenta que estaba mirando de más a Mikayla, le había gustado.

—Es linda—. Respondió, avergonzado.

—Sí te gusta, hablale—. Sugerí y él negó.

—No, no, ahora mismo nuestra posible relación depende de tu posible relación con Melody—. Se justificó y yo fruncí el ceño porque para mí no tiene sentido—. Alex, hoy por hoy no hay otro motivo para vernos que planes como los de hoy, hasta que no la conozca más o ella demuestre un gramo de interés, no pienso hacer nada—. Explicó y recien ahí le entendí.

—Y para seguir conociéndola necesitás más días así, ¿No?—. Pregunté y él asintió.

—Sí no es mucho pedir—. Se encogió de hombros—. Harías linda pareja con Melody, mejor que la anterior—. Argumentó, tanteando la herida que todavía no estaba del todo curada.

Falso | Alejandro Garnacho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora