CAPITULO 21

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— ¿Qué pasa?

— Espérate.

— ¿Por qué? — dirige la mirada hacia donde la mía está puesta. — ¿Lo conoces?

Decido ignorarlo y no contesto, simplemente me alejo un tramo de él y me enderezo cada vez que los pasos de Blason se acercan. Viene caminando por la acera contraria, y no sé desde qué momento me vio, pero parece decidido a acercarse.

Camina seguro y recto, muy recto, tanto que me asusta. Se para y ojea a los lados para poder cruzar hacia donde nosotros estamos, apresura sus pasos y en un instante llega a nuestro lado.

— Buenas tardes. — saluda serio a Darrell.

— Hola. — digo yo para llamar su atención al ver que no me dirige ni una mirada.

— Señorita Kerr. — me asiente a manera de saludo.

Veo a Darrell y está serio al igual que él, estoy a punto de intentar normalizar el ambiente cuando es Blason quien toma la palabra.

— Usted debe de ser el novio de la señorita Gretel.

— S...

— ¿Novio? Pfff no, no, para nada. — suelto rápidamente, llevándome una mala mirada por parte de Darrell.

— ¿A no? Las disculpas por la confusión. — expresa con una media sonrisa en su rostro.

Río nerviosa al no saber qué hacer o decir, decido presentarlos, pero como siempre, me ganan la palabra.

— Soy su amigo, — habla Darrell por fin. — eso es lo que iba a decir. — sé que sus palabras van dirigidas a mí, ya que siento su mirada sobre mi cabeza.

— Déjenme presentarlos. — pido. — Blason, él es Darrell, mi amigo; y Darrell, él es el doctor Blason Price, uno de mis docentes temporales en la Universidad.

— Un gusto. — dice Darrell y le ofrece la mano.

Pasan unos segundos en los que mis ojos están clavados en la mano de Darrell, la cual sigue extendida debido a que Blason tiene sus ojos fijos en mí, lo observo y no entiendo por qué su mirada acaba de cambiar tan rápido; y lo peor del caso, porqué se ve tan enojado.

— El gusto es mío, — habla por fin y le da la mano. — y así como dice la señorita Kerr, soy sólo un docente de la Universidad, trabajo temporalmente ahí.

— Oh, ya... Yo trabajo en el supermercado central.

— ¿De veras? No recuerdo haberlo visto por ahí.

— Seguramente, es que no trabajo en caja. Casi siempre estoy en la bodega, ordenando producto y llevándolo a los estantes cuando algo se termina.

— Entiendo, que buen trabajo.

— Supongo.

Se ven fijamente al terminar la pequeña charla y no saben qué decir, yo estoy ahí, a un lado, escuchando las palabras cada vez más secas.

¿Qué hago? ¿Qué digo?

No tengo ni idea.

Podría decirse que estoy nerviosa, y cualquiera puede preguntar el porqué, y no sabría que responder. Darrell es mi amigo, o un intento de ello ya que apenas nos conocemos, pero se ve que es un buen chico. Y Blason, pues... no mentí al decir que es mi docente, porque al final es eso, sólo eso.

Abandono mis pensamientos para volver mi atención a ellos, siguen ahí, de pie junto a mí, ya no se ven fijamente pero el silencio les invadió hasta el alma.

Piezas RotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora