CAPITULO 14

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Estoy a punto de salir de la habitación cuando mi teléfono comienza a sonar.

— ¿Aló?

Es Nelis.

— ¿Ya están listas? Ya casi paso por ustedes.

— Yo ya estoy, a Mabi le falta poco.

— Apresúrense, llego en siete minutos.

Hoy es el día de nuestras ultimas evaluaciones, tuve que despertarme a las cinco de la mañana para poder salir a tiempo, me bañé, me cambié, y alisté todo en mi bolso. Mabel se levantó más temprano que yo, debido a que ella se tarda más en todo, eran las cuatro de la madrugada y ella salió de su habitación para comenzar a prepararse.

A las seis y quince ya estábamos listas, solo nos faltaba el desayuno así que decidimos preparar comida. Ella quería panqueques pero desgraciadamente las cajas se nos habían acabado y procedimos a buscar opciones.

— ¿Crees que salimos a tiempo si vamos a la panadería? — interroga mi amiga.

— No lo creo.

Hace un puchero tierno.

— ¿Qué te parece si preparamos huevos con jamón?

— ¿Y leche para tomar?

— Mju.

— ¡Si!

Puse la sartén en la cocina y diluí un chorrito de aceite, Mabel se acerca a la refrigeradora y saca cuatro huevos blancos junto a un paquete de jamón, pone los huevos en mis manos y abre el jamón a la vez que saca un poco y lo corta en cuadritos con el cuchillo.

Me gusta intentar cocinar para ambas debido a que veo a Mabel como mi hermana menor, pero aquí entre nos, ella es la experta en esto. Y seguramente es gracioso para ella ver mi empeño en hacer comida, cuando ella puede hacer la suya sin ningún problema y le quedaría mucho mejor que a mí.

Mabel ha terminado de picar el jamón y lo hecha todo en la sartén, toma una cuchara para moverlo pero la interrumpo.

— Dámela. — le pido la cuchara.

Me la da sin rechistar.

— Ve dándome los huevos. — le digo, ella me obedece y comienza a pasármelos uno por uno.

— Ay Gret, tengo manos, ¿sabías?

— Lo sé, pero me daría vergüenza que estés cocinando para mí, siendo yo la intrusa.

— Invitada. — me corrige.

— Es lo mismo.

— No es lo mismo, intrusa es alguien que está en un lugar sabiendo que no es bien recibida. — explica. — Invitada es cuando estás en un sitio donde a todos les agrada tu presencia; y al menos a mí sí me agrada la tuya. — termina con una sonrisa genuina.

Le sonrío con dulzura.

—Trae los platos. — asiente y abre la alacena.

— Toma. — los agarro y comienzo a servir la comida.

Ella se encarga de las bebidas así que vuelve a meter la mano en el refrigerador y saca la caja de leche, llenando los vasos.

— Listo.

— Tráelos aquí. — le señalo la mesa que está en la cocina, porque para qué ir a comer hasta la sala o en el comedor.

Pone un vaso frente a ella y otro frente a mí, y yo hago lo mismo con los platos, nos sentamos y tomamos los cubiertos para darle comienzo a nuestro desayuno, estábamos hablando casualmente.

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