CAPITULO 24

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— Es difícil. — murmura Blason.

— Trataré de entenderte y no juzgarte.

Desde que todos se fueron y nos dejaron solos a Blason y a mi he estado así, en silencio, tratando de analizar y comprender. Aunque él no está poniendo de su parte para hablar, y eso me pone ansiosa.

— Tengo miedo. — confiesa.

— ¿De qué? —

— De ti.

— ¿De mí? — digo, incrédula.

— De tu reacción, mejor dicho.

— No debería de importarte eso. Al fin y al cabo, no soy nadie importante en tu vida. — sin querer eso sonó a reclamo, y no era así como se lo quería plantear.

— ¿Cómo puedes decir eso? — se sorbe la nariz.

Detallo su rostro; ojos enrojecidos y húmedos, nariz y mejillas coloradas, hasta su camisa se encuentra arrugada.

— Lo que quiero decir es... — busco las palabras correctas para darle a entender bien el punto. — Nos estamos conociendo, somo amigos, tal vez. Pero el corto vínculo que hemos formado no me da ningún derecho o poder sobre tu vida, y lo sabes.

— Lo sé.

— Por lo mismo de que lo sabes no debes de preocuparte o tener miedo.

— Jamás pensé volver a estar en una situación así. — ríe melancólico y decaído. — Creí que el pasado había quedado atrás. — baja la cabeza.

Al parecer no tiene ganas de contarme absolutamente nada, pero de igual manera haré el intento de sacarle algo que me ayude a entender.

— ¿El día en que te conocí no fue la primera vez que veías a Maya?

Niega lentamente.

— ¿Ya la conocías? — pregunto.

— Si...

— Por lo visto no tienen una historia bonita.

— Es de todos menos eso.

Eso explica la seria actitud que tomó Maya cuando conocimos a Blason aquel día en que andábamos tocando timbres a lo loco, también muestra la razón de la dura y directa mirada que ella le daba a él y la indecisión que tuvo cuando entramos a su casa.

Por un momento se me cruza una mala suposición que temo que sea verdad.

— ¿Maya es... tu ex?

— ¿Qué? No, claro que no.

— Ah bueno.

— Si de ex se tratase, este asunto no sería así. — ríe un poco.

— Tienes razón, no creo que alguien tenga una reacción tan fuerte como esa solo por volver a ver a su pareja pasada. — hablo rápido debido a los nervios que yo misma me he creado por andar preguntando tonterías.

— ¿Crees que sería mejor si fuera mi ex? — cuestiona sin poder creerlo.

— No sé, creo que cincuenta/cincuenta.

— Eso no tiene sentido.

— Verás, — inicio a explicarle. — un cincuenta por cierto desearía que fuera eso, porque sería más sencillo resolver todo este embrollo, pero a la vez estaría difícil para mí. Sin embargo, la otra mitad agradece que el origen de este conflicto no sea una relación, aunque eso signifique que hay algo más delicado en todo esto.

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