Pҽϙυҽɳ̃σ Pαρά | InTheo [P1HARMONY]

☆彡 01: Consulta médica

TaeYang

Mordí mi labio inferior mientras mamá se deleitaba con las revistas que había en el centro de mesa y que la clínica entregaba para entretenerse durante la espera.

Me sentía nervioso, era mi primera vez en este lugar, en el área de obstetricia para ser exactos, y aunque anteriormente, cuando inicié mi carrera, me iba haciendo la idea de visitar muy seguido el hospital, no era para llevar un control de mis prácticas profesionales y en un futuro, comenzar a trabajar.

Mamá tarareaba una canción de cuna, sabía que era de cuna, pues la había escuchado durante el trayecto hasta este lugar, y leía atentamente una revista de: Padre modernos. Ella parecía más emocionada y alegre por la noticia y aunque yo también lo estaba, en estos momentos la que parecía que iba a tener un bebé era ella y no yo.

Algunas mujeres caminaban apenas con sus vientres prominentes, mientras eran ayudadas por sus esposos y aunque me hubiera gustado venir a esta primera consulta con InTak, él no podía, pues tenía que estudiar y según había escuchado, por la tarde recogería los documentos que necesitaba para cambiar de horarios y también, iría a hablar con la amiga de InWoo para trabajar en el restaurante.

Iba a tomar una revista que llamó mucho mi atención, tenía como título: Diez técnicas que emplean los padres primerizos, pero una enfermera gritó mi nombre y mi madre se colocó de pie, anunciando con aquello que no podíamos demorarnos y que teníamos que entrar al consultorio.

Con mucho pesar, me levanté y seguí a mi madre bajo la atenta mirada de muchas mujeres y aunque algunas parecían muy amables, otras estaban con un ceño fruncido y con caras de pocos amigos.

Al entrar nos encontramos con una doctora, que bien podría ser de la edad de mi madre. Sin embargo, no me gustaba juzgar a nadie por su apariencia, por lo que olvidé el detalle de la edad y me senté al frente de la mujer, al igual que mamá.

La doctora me miró por unso segundos antes de mirar mi historial y luego abrir sus ojos en par, volviendo a mirarme como si hubieran algún problema.

─¿Tienes apenas diecinueve años?─ preguntó aquella mujer. Asentí sin vergüenza alguna, pues mi edad no era una razón para sentir vergüenza. Ella suspiró y me pidió, con muy poco tacto, que me quitara la roba en el baño del consultorio y regresara con la bata que me entregó.

Hice caso a cada una de sus indicaciones, tratando de ignorar el vientre, ya hinchado, que resultaba más que otra parte en mi cuerpo. Al salir, ella se encontraba tecleando algo en su computadora, mientras mamá observaba todo el lugar.

─¿Qué más tengo que hacer?─ Pregunté para hacerme notar, pues esa mujer parecía muy ensimismada.

La doctora me miró y me pidió que me acercara a la balanza, comenzando así con el proceso que le hacen a cualquier madre primeriza. Primero me pesaron, luego comenzaron a hablarme de todos los cambios por los que pasaría mi cuerpo y al terminar con dos botellas de agua en mis manos, me indicó que me retirara y volviera para cuando haya terminado de tomar estas.