Capítulo 3

9 1 0
                                    

Sigo caminando...

Estoy atravesando el campus, en la zona central se encuentran unos chicos de último año jugando fútbol americano. 

Voy llamar a Emily para ver si nos encontramos a la salida como de costumbre.

Emily es mi vecina y compañera desde que tengo uso de la razón. Es unos meses mayor que yo, pero tenemos la misma edad, diecisiete años. Ella también estudia en esta prepa y por obvias razones vamos en último año.  

Le marco mientras avanzo y enseguida contesta.

-¡Hola solecito!- su voz dulce y enérgica me carga las pilas.

-Hola luna-  antes de que pudiese preguntar ella me ataja quitándome la palabra de la boca, y eso me comprueba una vez mas que compartimos la misma neurona.

-¿Ya saliste?-

-Sí, no asistiré a matemáticas- gruño por lo bajito.

-Yo salí antes y estoy en casa de Benny ¿te espero aquí?-

Lo pienso un poco y afirmo con un: sí, luego le cuelgo.

La casa de Benny queda a unas cuadras de acá, así que saldré por la parte trasera.

-¡Hey, Cuidado!-

¡BAAAM!

De repente la cabeza me da vueltas. En el suelo, estoy en el suelo y encima de mí está... 

Un muchacho...

He quedado atónita, mi corazón va a mil por mil, mi pecho sube y baja innumerables veces, su rostro está a solo centímetros del mío y no sé por qué, pero presiento que en cualquier momento rosará sus labios con los míos. Debe ser por la escasa distancia. Nuestras respiraciones chocan y sus brazos se encuentran a mi alrededor, una mano sobre mi espalda y la otra por debajo de mí cráneo. Él levanta la mirada y sus ojos penetran intensamente los míos, son de color verde efervescente, con líneas sumamente pequeñas de color caoba. 

Él encima de mí; estamos cuerpo a cuerpo, tan solo un suspiro nos separa uno del otro, siento arder con vitalidad mis mejillas y eso me enfurece. Creo que hasta su miembro percibe la tensión, debido a que puedo sentir una ligera dureza en mi vientre.

¡Vamos di algo, reacciona!

-Eh... Eh...-  

¡A la verga! estoy tartamudeando ¿desde cuándo... Céntrate Amber. Y vuelve a intentarlo.

-¡Quítate de encima mío, ahora!- digo tajante, pero él solo frunce el ceño y mira a los lados totalmente fuera de sí.

Todos tienen la mira puesta en nosotros, nos ven con curiosidad, una pizca de picardía y con un toque de diversión. Vuelvo a insistir, creo que su mente no esta colocada en el ahora.

-¡Por favor, me estás aplastando...!- termino por decir.

El pibe al fin reacciona con esa frase y se levanta con un cuidado notable de no lastimarme, extiende su mano derecha con intensiones de ayudarme a poner de pie, la tomo y de un jalón ambos estamos de pie. 

-¿Estás bien? ¿No te duele nada?- Iba a acercarse hacia mi persona aquel chico misterioso, nuevamente, aunque parece retractarse y mantiene una distancia prudencial.

-Sí, yo...- Hago algunos movimientos para ver si algo me duele y al parecer estoy bien. -Creo que estoy bien ¿Y tú?...- le pregunto mientras me quito unas pocas piedritas que quedaron incrustadas en mis brazos.

-Creo que... ¡Agh!-  Una queja sale de su boca.  -Me duela la muñeca-  Hace unos movimientos rotatorios en dicho lugar y arruga la boca.

-Deberías dirigirte a la enfermería- Lo veo de arriba a abajo con curiosidad y abro los ojos como platos. Lo analizo y antes de pensar con detenimiento lo que iba a decir solo esboce:

-¿Y tú no eres el mismo que me tropezó ayer?- Se me escapa una nota amarga.

-Corrección, tú fuiste quien me tropezó ayer...- dice mientras me dirije la mirada -Y también huiste sin siquiera ayudarme- Alsa una de sus cejas.

-Claro que no...-  bueno en realidad ambos estábamos distraídos en ese instante pero no voy a admitir nada y mucho menos disculparme-  ¿Qué mierda acaba de ocurrir?-  trato de desviar el tema de conversación y extiendo las manos al aire, no puedo evitar exigir respuestas.

-Tú, ibas caminando muy cerca de uno de mis jugadores, a el cual le hice un pase defensivo. Al momento de atrapar el balón te interpusiste delante de él. Te habría golpeado justo en la cabeza de no haberte tacleado-  dice reacio.

¿Por qué lo hizo? ¿Por qué me ayudó?¿Acaso le di lastima o algo así?... Odio los tratos basados en ese sentimiento...

 Él continúa:

-Así que, lo que me debes es... Un gracias, que no me vendría nada mal-

Tiene sentido su explicación, la verdad es que si, no obstante, me cuesta muchísimo pronunciar esa palabra, y más a un hombre.

En este momento solo debo ser humilde; es lo mas sensato, porque de resto creo que tal balonazo me habría dejado en coma seis meses. Aunque eso no estaría tan mal. Estaría en el limbo, sin preocupaciones ni obligaciones, el paraíso.

¿Qué demonios ocurre en este puto instituto que te descuidas dos segundos y un balón amenaza que darte un knock out en la cara?!!

-Gra...- no termino de agradecer cuando mi teléfono suena, es una llamada de un número desconocido, la excusa ideal para zafarme de esta vergüenza.  -Debo contestar, espero se mejore tu muñeca...-

Sin mas me pongo en marcha, me alejo de ahí y procedo a contestar. Pero cuando lo hago y de inmediato se corta la comunicación, todavía con el celular en el oído escucho que comienzan a hablar de mí el resto de los presentes.

Una voz que no reconozco le dice  -sin duda alguna-  al chico de ojos verdes:

-¡¿Por qué la ayudaste?! ¿acaso eres inepto o qué? ella es un monstruo-

 Seguidamente habla otro chico:

-Sí, ella trata a todos como basura, no se lo merecía. Solo es un parásito-

-Ella es satánica a parte de drogadicta, no sé como todavía no la han expulsado-

Dice otro.

Todo ese tiempo fingí estar hablando por teléfono mientras me desplazaba lentamente a la parte trasera del instituto. Pero la curiosidad mató al gato; no es nuevo escuchar a los demás hablando mal de mí a las espaldas, es hasta normal; pero no mentiré, eso me hirió.

La cólera hace de las suyas y no me quedan ganas de seguir oyendo a nadie. Para mi sorpresa el de ojos verdes se hace notar...

-Tal vez tenga motivos para ser de esa forma, no hay que juzgar un libro por su portada- habló el castaño y todos se burlan ruidosamente  -Y a veces, es comprensible el porque-

Al parecer el chico se fue abruptamente del lugar luego de decir aquello, ya que los presentes empezaron a llamarlo por su nombre: Josh, y le decían "que no se enfadara, que solo estaban bromeando. Bla, bla, bla."

Así que... Se llama Josh.

Solo termine de acortar el camino con paso más apresurado hasta que ninguna voz pudiese ser escuchada por mis oídos. Me sentía sumamente extraña, como si el mundo dejase de girar tan solo un microsegundo ante las palabras de aquel masculino.

Me defendió...

Pronuncie la oración como si fuese un terrible pecado, luego inconscientemente cubro mi boca con ambas manos justo al quedar frente a la cerca de alambres. No existe salida trasera en esta institución, así que simplemente procedo a saltar el telón metálico.

Ya estando del otro lado de la cerca enfoco a donde se encontraba este perspicaz sujeto que me defendió y observo como va caminando mas adelantado que el resto de los jugadores de fútbol americano de ultimo año de retorno a la instalaciones del lugar...

My Chemical RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora