Capítulo 17

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Lunes 30 de Julio del 2017... Día de la obra escolar Pearl Harbor. 8:33 a.m.


Es hoy, el último día de clases...

Pensé que este día nunca llegaría, sinceramente; ya que este mes (julio) ha sido uno de los mas largos meses que haya vivido anteriormente y recuerde como para contarlo, debe ser por todas las anomalías o "regalos del destino" como diría Emily, que han pasado.

Mi último julio, mi último día de clases, mi última fechoría, la última vez que veré a los ojos directamente a Josh, por supuesto antes de la graduación... Ahora que medito más sobre lo que voy a "hacer" una sensación de discrepancia se asienta en la profundidad de mi estómago y crea un torbellino de preocupaciones, tristeza y algo muy similar a la culpa.

No puedo describir tal sensación al cien por ciento, ya que son muchas cosas a la vez como para resumirlas en una palabra, por lo menos entre todos esos sentimientos no se encuentra el arrepentimiento, o eso quiero hacerme creer a mi misma...

"Has pasado por innumerables dolores, inhumanos tratos, insensibles momentos, increíbles penurias, incontables sufrimientos... Ya es hora de partir a un lugar donde pueda estar mejor..." Ya sea el cielo, o el infierno, eso solo lo decidirá una fuerza superior a mi, superior a ti, superior a todos nosotros... Algunos lo llaman Jehová, otros Buda, Yahveh, Jesús, Mesías, la muerte, Dios... Y otros deciden no creer o atribuir su existencia a alguien o algo, les gusta hablar de "el destino", de la manera en que lo prefieras ver, todos estamos de acuerdo en algo, es mejor creer en algo y tener devoción a una causa en donde nos sintamos identificados que no pararle bolas a nada ni nadie...

O como tu quieras llamarlo, esta bien, a veces mi religión también fue no pararle bolas a nada ni nadie...

Como sea, solo yo sé las cosas y sufrimientos que he vivido a lo largo de mi existencia, y cualquiera que trate de comprender mi vida morirá en el intento.

Froto mis ojos con violencia y una animada Emily esta hablando como cotorra sobre el baile de graduación, no ha para de mencionar el tema y sacarlo a relucir desde la semana pasada, ella esta sentada a mi lado en una mesa circular en la cafetería del instituto y esta devorando una hamburguesa doble a la vez que habla hasta por los codos, yo al contrario de mi mejor amiga, tengo dos porciones triangulares de pizza margariteña, que tristemente no he ni mordisqueando un poquito, no tengo hambre; no he parado de repasar mentalmente mis diálogos para la obra de hoy, ayer practique toda la noche, afortunadamente y gracias a mi dios griego Gerard Way logré dormir unas dos horas y amanecí con una reserva de energía. La cafetería esta repleta de estudiantes, a mi alrededor puedo ver la típica división social que está presente en todo recinto educativo, a mi derecha (al fondo) están sentados los nerds del club de ajedrez y robótica, con sus enormes anteojos de pasta dura, rostro full de espinillas y barros, vestimenta casual, cabellos engominados y una mesa invadida en su totalidad de laptops y libros. A la derecha pero al frente yacen los lame botas de la clase (un grupito reducido, como de dos o tres chicos) con cara de la última frescolita del desierto, que patanes.

A mi izquierda están los bohemios (grupo variado, entre chicos y chicas que visten retro y con la paleta de colores tierra) muchachos cooles, los cuales encajan con cualquier grupo social, sinceramente ellos tienen buen gusto. En la misma dirección pero en otra mesa yacen los otakus (amantes de los animes y la cultura asiática) algunos usando ropas oscuras, con mallas de red, faldas cortas y camisas manga larga de botón, maquillaje y demás detalles interesantes, otros visten muy diferente, con tonos pastel y personajes de dichas animaciones en sus playeras y mochilas, también lucen Converses o botas rompe cráneos.

Centro mi vista hacia el frente y ahí esta el grupo de "Los populares" los que nunca falta a donde quiera que vallas (las animadoras y jugadores del equipo de fútbol americano) sentados en el centro del lugar robando la atención de todos con sus risas escandalosas y chistes pervertidos, las chicas con sus minifaldas que dejan ver hasta la mugre más profunda, y los chicos con sus chaquetas de cuero amarillo pollito y blanco, junto con el nombre del equipo en sus espaldas. Todos parecen sacados de un musical de los 90s.

Y por supuesto también están aquellos pibes que no pertenecen a ningún grupo, son los denominados "normales" que ahora mismo caminan de aquí para allá de forma dispersa.

Se preguntarán ¿y ustedes dos donde están sentadas qué pueden ver todo con lujos y detalles? He aquí la respuesta perdedores: en las mesas cerca de las puertas de salida, aquí lo podemos ver todo, es como tener el control de las cosas sin que nadie lo sepa, Emily y yo nos sentamos aquí las dos, solo para reírnos de las estupideces y babosadas que escuchamos y vemos a diario. Es nuestro lugar por ley, a veces nos acompaña alguno que otro valiente que se atreve a comer con nosotras, obligado por la falta de asientos libres y con la cara clavada en su bandeja, el pobre que ha legado a sentarse aquí siempre piensa que lo voy a morder, cositas...

Para mi sorpresa en el las mesas centrales no se encuentra figurando Josh, que raro, debería estar ahí con su grupo... Gozando del máximo prestigio de ser amados por todos.

-Lunita ¿me quieres ayudar a vender los últimos brazaletes de entrada para ir al baile?- interroga la rubia mientras sonríe de boca cerrada con sus rojisìmos labios. Puso ojitos de cachorrito triste, es casi imposible el negarme...

-Que buen chiste, Emily, ya veremos cuantas entradas puedo vender con mi cara de culo...-

Esa es mi cara... Duélale a quien le duela.

Emily forma parte del comité organizador del baile, por lo tanto esta tratando de vender las últimas entradas, que este año fueron diseñadas en forma de brazalete impermeable. Necesita apoyo, pero no tengo cabeza para pensar en eso, ahora solo se me hizo un nudo en la panza y cedieron ganas de vomitar.

Estupendo, ahora a parte actuar de enfermera con unas ojeras monumentales que serán bastante difíciles de ocultar también vomitare en pleno escenario, lo que me faltaba, si eso pasa hasta yo misma me reiría de mi... ¿Cuando cante también devolveré el desayuno?... Esperemos que no.

Consulto la hora con mi reloj de mano, son las 8:51 a.m, la obra comienza a las 10:00 a.m... Los nervios ya quieren hacer estragos, mierda...

-Mejor iré al auditorio, de seguro la señorita Barrimor ya debe estar esperando a el elenco; te veo al rato, babosa-

-Claro que te veré al rato, no me perdería el debut de mi mejor amiga en los grandes escenarios del mundo por nada...- jode ella a la vez que me abraza, y se despide.

""

Do, re, mi, fa, sol, la si...

Afino mi garganta en un intento de mitigar la tensión que se acumula en mi pecho, creo que me dará en cualquier momento un ataque de asma. Inhalo y exhalo pero solo me hiper ventilo aún más, no traje conmigo mi inhalador, recuerdo claramente que lo deje encima del buró de mi habitación, así que procedo a buscar una bolsa de papel, como las que te dan en las panaderías con tu compra de algún dulce seco, pero no la encuentro y mi respiración se vuelve ruidosa y rápida. La necesidad de conseguir ese instrumento se torna en desesperación.

¡¿Acaso no hay una maldita bolsa de papel en algún lugar de éste patético auditorio?!...

Cuando creo que dejare de respirar y mi cerebro dejara de funcionar escucho un cálido:

-Ten-

Una voz suave pero fuerte que puedo identificar como masculina hace un casto eco en todo el escenario, no llego a enfocar su rostro pero me fijo en su mano y esta extendida hacia mi y en ella había un bolsa de papel...

Sin pensarlo dos veces se la arrebato de la mano y la llevo a mi boca, con ambas manos la aprieto un poco, dejando un agujero en su interior, ahí acerco mis labios y con cada respiración la bolsita se agrandaba y achicaba, con cada inhalación y exhalación me empezaba a sentir mejor, mis pulmones liberaban su opresión y mi anatomía se relajaba...

Valla, eso estuvo muy cerca... Casi me iba de este mundo y no de la manera en que quería.

Con la vista en el pavimento y haciendo uso de aquella bolsita, miro las punta de unos zapatos deportivos muy cerca de mi, justo a mi lateralidad, alzo la mirada y me encuentro con...

My Chemical RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora