Capítulo 7

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Youngblood - 5 Seconds Of Summer

Es el cumpleaños de Layla.

Debí prestarle atención a papá, así no estaría al borde de un colapso nervioso.

Estoy desde las seis de la mañana despierta. Arreglando el lugar donde se celebrará el desastre.

—Necesito el número del DJ y de la pastelería ¿Por qué aún no ha llegado el fotógrafo?

—Relájate, Claire. Recuerda que tu decidiste encargarte de eso.

—¿Cómo quieres que me relaje?

—Ya te paso los números.

Marco el primero que veo y empiezo a hablar.

—Hola, es Claire Harris. Pedí dos docenas de pastelillos y un pastel para hace una hora.

—Hola señorita, me temo que tuvimos un problema.

—¿Cómo que un problema?

—Todo se estropeó en el camino.

Mantén la calma, no mates a nadie.

—Resuélvanlo, rápido. No hace falta recordar que soy de esa familia Harris. Y si, una mala recomendación de mi padre puede dejar su negocio en banca rota. No me importa que sean los mejores.

—Tranquila señorita Harris, todo será entregado en una hora.

—Gracias. —cuelgo y tengo que pelear con dos personas más.

Ya entendí por qué no puedo actuar en equipo.

Resulta que el DJ va a llegar tarde porque su auto murió camino aquí. Y el fotógrafo venia con el así que estamos en la misma situación.

Cuenta hasta diez, todo estará bien.

Después de estar dos horas más resolviendo todo lo que faltaba, lo logramos.

Miro el lugar y sonrió, todo está perfecto.

Toda la comida esta puesta en la mesa que está ubicada en el centro del lugar. En una esquina hay una cabina para tomarse fotos y justo al lado se situará el dj que aún no ha llegado no sé por qué. También hay una Pink carpet para las fotos grupales.

Todo está como ella quería… solo falta que le guste.

—Claire ya llegó el pastel. —me avisa mamá desde la entrada del lugar.

—¡Voy!

—Muchas gracias.

Dejo el pastel en el centro de la mesa y creo que ya todo está bien… hasta que.

—Claire, por favor ve a recibir a la gente. Tu pediste ser anfitriona.

—Espera un momento, aun no me he cambiado y falta una hora para que empiecen a llegar.

—Díselo al chico que está afuera. —Dice papá señalando al chico castaño.

—Es Adam, déjalo pasar. Ya vuelvo.  —me voy caminando por el corredor que conduce a los baños.

Nuestra Primera MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora