Gone, Gone, Gone - Phillip Phillips
—Hagamos una pijamada. —Le digo a Erick una vez levanto la cabeza de su regazo, estábamos en su habitación.
—¿Qué? —Inquiere confundido.
—Vamos a hacer una pijamada, te puedo hacer mascarillas en tu preciosa carita. — le digo apretando sus mejillas.
—Está bien, dime un día. — me regala una de sus más preciosas sonrisas.
No me canso de mirarlo.—¿Puedes hoy?
—Para ti siempre puedo, a parte, es domingo y mañana te puedo llevar a la universidad.
—Vale, entonces nos vemos en la noche.
— Emocionada tomo mis cosas y camino hacia la puerta.
—¿Ya te vas? —Me mira fingiendo un puchero.
—Si, tengo que comprar unas cosas.
—¿Cómo qué?
—Tengo una idea, te voy a pasar por WhatsApp una lista de cosas y yo te voy a dar las que me recuerden a ti y viceversa.
—Wow, pero que creativa eres, Clairy. —Dice lo último con aire de burla.
—Lo vi en un video. También podemos grabarlo.
—Claro. — Se levanta del sofá y corre hacia mí, toma mis mejillas y me da un beso dulce. —Nos vemos, novia.
—Nos vemos, novio. — me despido entre risas mientras salgo de su apartamento.
Nunca me cansaría de la dulzura con la que me trata Erick, es simplemente inexplicable lo feliz que me hace y lo cómoda que me siento con él.La mayoría de veces, siempre pienso en el final, como van a terminar las cosas o como algo malo puede pasar… solo que con Erick no siento eso, es como si hubiera un “para siempre” para nosotros.
Entro al ascensor y no voy hacia mi apartamento, sino que voy directamente a la tienda. Paseo por los pasillos y tomo todas las cosas que quiero darle a Erick, me detengo cuando veo una sección en la que se encuentran varios balones de diferentes deportes.
Tomo uno y sonrío al pensar en lo que podría convertir esto, camino hasta la caja para pagar lo que tomé y la chica empieza a deslizar todos los productos.
—¿Claire? —escucho una voz masculina.
Una que solía conocer muy bien.
Sentí como se tensaban los músculos de mi cuello cuando giré sobre mis pies.
—Justin. — digo detenidamente mientras el se acerca para abrazarme.
Seguía igual que hace dos años, un chicho alto, con buena musculatura, pecas y ojos grises con un toque de azul.
No fue un abrazo especialmente cómodo.
—Gracias por su compra. —Me saca de mis ensoñasiones la chica que me estaba atendiendo.
—Gracias a ti. —respondo amablemente tomando la bolsa que me extiende.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra Primera Mirada
RomansaClaire. Una romántica empedernida en la mayoría de los aspectos de su vida. Ella encontrará un amor como el de los libros. ¿O solo será una esperanza? Ella es Claire Harris y esta es su historia.