CUATRO

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Capitulo 4: ¿Es esto lo que buscas?


[Narrador]

La comida fue una total tortura para ciertos miembros de la mesa, Wanda y Natalia querían entender como era que Yelena se había sentado en la mesa a dar su mejor cara mientras se Katherine se comprometía con un chico por el cual no sentía nada y era duro darse cuenta que eran las únicas conscientes de ello en la mesa, aunque ninguna estuviera consciente que la otra sospechaba lo mismo.

Kate movió los dedos nerviosamente sobre la mesa mientras le daba un vistazo a Yelena, quién del otro lado estaba comiendo papas mirándola fijamente y haciendo que Kate casi se ahogara con su propia saliva.

La rubia anuncio su partida y tan pronto lo hizo Katherine abandonó su trabajo en la cocina junto a Laura, rápidamente corrió al auto de la pelirroja valiendole un pepino lo que estás protestaron. Necesitaba aclarar las cosas ahora mismo.

—Yelena y yo tenemos cosas de las que conversar. —Le contesto a ambas mujeres en los asientos delanteros.

—No veo de qué tenemos que hablar Katherine. —contestó con frialdad.

—Necesitamos hablar sobre lo que acaba de pasar.

—No lo creo, está bastante claro. —la rubía miró a través de la ventana, como una suave llovizna comenzaba a empapar las calles. —Te casas con Cooper ¡FELICIDADES! —sonrio de la forma más hipócrita y falsa que consiguió hacerlo.

—No necesitas hacer esto.

—¿Por qué? ¿No es esto lo que quieres? —preguntó ironica pero la molestia en su tono nunca cambió.

—Dejame contarte como sucedieron las cosas, si luego de eso me sigues detestando, prometo no molestar nunca más. —decidió decir la pelinegra aunque sentía que en cualquier momento iba a vomitar.

Había sido un día de mierda, después de esa comida, Natalia y Wanda las dejaron en el departamento para que pudiese hablar cómodamente despues de que la rubia aceptara la petición de Kate, a regañadientes las mayores abandonaron el lugar para permitirles conversar.

Natasha tenía que ir a su trabajo y Wanda tenía cosas que hacer en la empresa de Tony, la rubia dejó las llaves en el centro de la mesa y se quedó parada en el lado contrario de la mesa con las manos dentro de su hoodie.

Kate por su parte se sentó, tomo un poco de aire antes de abrir la boca, pensó muy bien sus palabras porque conocía a Yelena y era capaz de sacarla a patadas de la casa con tan solo una provocación.

—Entiendo que estés molesta pero...

—No estoy molesta —comenta la rubia calmada y haciendo que la pelinegra la mirara rápidamente —Tengo que admitir que jamás contemple que fueras así de estúpida, pero vamos que esas son mis expectativas y tú no tienes porque llenarlas. —contestó con dureza

—No entiendo...

—No me sorprende —contraatacó sentandose en el puesto libre. —Quiero decir, no me sorprende que hayas hecho esto, digo siempre has sido el tipo de persona que necesita aceptación, siempre fuiste de las que huyen. —la rubia se encogió de hombros.

—No entiendo porque estás furiosa —contestó ignorando el hecho de que le dijera estúpida.

—¿Quieres un fax con todas las razones? ¿Una presentación powerpoint tal vez? —la picó buscando una excusa para echarla de su casa. —Quizá necesitas que te explique de forma muy lenta y detallada para que tu pequeño cerebro lo pueda entender.

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