𝕬𝖗𝖑𝖊𝖖𝖚í𝖓 || Hyunmin

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Cuando la Reina Nam se desmayó Seungmin salió de su trance para observarla.

Luego, una vez que estuvo estable luego de la noticia que Hyunjin había soltado no dudó en acercarse a él. Solo necesitaba quedarse cerca de él para saber que estaba a salvo. Y se sintió así cuando Hyunjin lo tomó del brazo y jaló de él para rodear su cintura con un brazo. 

— Creí que usted... — habló entonces Jhosep, el primer Rey al que Seungmin visitó como Arlequín. — se iba a casar con la señorita Ivette, eso fue lo que nos dijeron — entonces el Rey endureció su expresión. —. ¿Cómo sabemos que no está inventando esto solo para quedarse con el Arlequín?

Seungmin cerró sus puños sobre el pecho de Hyunjin, con la mirada incrédula sobre Ivette.

¿Habría sido ella quien les dijo que ella y Hyunjin se casarían? ¿o fueron los Reyes Nam?

Ivette se encontraba estoica en su sitio, su expresión no revelaba absolutamente nada por lo que Seungmin no podía descubrir que tan metida estaba ella en la declaración del Rey Jhosep. Sin embargo, estaba seguro de que los Reyes Nam tenían algo que ver.

Sabía que ellos intentarían algo para obligar a Hyunjin a casarse. Decirle a todos los Reyes vecinos podría crear la presión suficiente para que Hyunjin aceptara y no crear humillaciones.

Claro, si él fuera de esas personas que no soportan la presión. Pero Seungmin ya lo conocía, Hyunjin era lo suficientemente listo para quitarse ese peso de encima.

— La señorita Ivette es una visitante al igual que ustedes, ha estado viviendo aquí desde hace un tiempo, pero les aseguro que nuestra relación no es tan cercana como eso. Además, no me quiero quedar con el Arlequín — los Reyes avanzaron un paso, dispuestos a hablar, pero Hyunjin los calló con una mano. —. Me quiero quedar con Seungmin, él ya no es un Arlequín. 

Chan y Jeongin aparecieron entonces, sosteniendo un pergamino cada uno, lo extendieron y posaron frente a los Reyes.

— Uno es el documento donde Seungmin acepta ser mi Arlequín, de hace ya unos meses, y el otro es donde concedo que deje de serlo. 

Seungmin esquivó la mirada de los Reyes y se concentró en ver sus manos sobre el pecho de Hyunjin. Jugó levemente con uno de los broches que él tenía ahí, con el símbolo de su Reino.

— Bien.

Su mirada sorprendida fue de nuevo hasta los Reyes, incrédulo porque realmente ellos parecían aceptarlo. El Rey de Mackstey asintió lentamente y suspiró.

— Esperamos al menos recibir la invitación de la boda.

Hyunjin no mostró emoción alguna. — Tal vez. — dijo él sin temblor en su voz. Los Reyes volvieron a asentir y salieron del círculo que los rodeaba, dispuestos a abandonar el Castillo.

— No sabía que un Arlequín podía casarse con un Rey.

Seungmin se sonrojó antes de dar un ligera reverencia con la cabeza al Rey Mingi.

— Los tiempos cambian majestad. — se atrevió a contestar.

Mingi asintió antes de mirar a su alrededor. — Ha sido una locura, ¿te asusté?

No pudo negarlo. — Un poco, usted era muy...

— ¿Pacífico? ah... — Mingi suspiró antes de darle una mirada a Hyunjin. — si, bueno, creo que me hiciste falta para animarme. 

Hyunjin gruño, tan bajo que si Seungmin no hubiese estado prácticamente apoyado contra él no habría podido escuchado. 

El Rey Song Mingi. Con el que pasó más tiempo en su Reino, un Rey tan divertido como él, con el que Seungmin se sintió por un momento en confianza. Si, escapó de su Castillo a la mañana siguiente, no a la medianoche como se suponía que debía ser. Creyó que había encontrado al amo que serviría, pero con él descubrió que ser pertenencia de uno solo no le divertía.