|19|

1.4K 265 69
                                    

El joven pelirrojo mantuvo sus ojos puestos en el Rey quien de vez en cuando le aguantaba la mirada antes de volverse a concentrar en su pintura, el contraste de su iris con la luz de las velas en el lugar era encantador, si se fijaba con cuidado podía notar cierto brillo gris en los orbes del monarca. Era fascinante y exótico.

Ninguno habló en todo ese tiempo, él procuró mantenerse en esa posición a fin de cuentas era la más cómoda y el Rey no tuvo quejas sobre esto. Lo único que podía escuchar era el pincel raspar la piel del lienzo o este mismo siendo sacudido en el aire luego de ser mojado levemente. Eran sonidos relajantes para él.

El collar dorado en su cuello ya no sé sentía helado, ni siquiera lo sentía del todo, era como si no estuviera ahí y eso era bueno, así no lo incomodaba.

Pronto, aunque no sabe exactamente cuando, sus ojos se cerraron poco a poco hasta por fin caer en el sueño y entregarse a los brazos de morfeo. Y el sonido a su alrededor murió junto con su conciencia.

Con los ojos cerrados caminas y la cadena se arrastrará, la puerta cerrada está, pero tu tienes la llave.

¿La abrirás?

El Rey dejó el pincel a mitad de camino mientras sus ojos observaban espectantes la figura dormida del chico de cabellos rojos, con una sonrisa a labio cerrado volvió a mirar su lienzo y volviendo a tomar pintura dió los últimos detalles. Con un asentimiento satisfecho lavó todo lo que utilizó y al finalizar secó sus manos con un viejo trapo.

Porque en algún momento la puerta que elegiste quedará olvidada. Y se convertirá en pasado para ser reemplazado por tu presente.

Caminó lento hasta el joven y sacando la llave de su bolsillo quitó la cadena de su cuello con cuidado. Dejó esta en el piso asegurándose de que la cadena colgara detrás de la cabecera y no molestara en su camino al pelirrojo.

Y luego se quedó ahí, parado a su lado mientras lo observaba con los brazos cruzados. ¿Debería llevarlo hasta su habitación?

Miró la puerta de su cuarto e hizo una mueca. Era mucho camino. Mejor lo dejaba ahí. Rodeó la cama y se deshizo de su camisa para luego levantar las mantas y esconderse debajo de estas asegurándose de tapar también al chico que dormía a su lado.

Y tal vez no fuiste el único que negó la salida y verdad.

Y sintiéndose satisfecho y cansado también cerró los ojos con la imagen de su pintura en mente.

Pero ya aprenderemos.

A la mañana siguiente el primero en despertar fue por supuesto el joven pelirrojo, para mala suerte con nulas ganas de abandonar su posición, se sentía completamente calentito y satisfecho, no recuerda cuando fue la última vez que durmió así de bi...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mañana siguiente el primero en despertar fue por supuesto el joven pelirrojo, para mala suerte con nulas ganas de abandonar su posición, se sentía completamente calentito y satisfecho, no recuerda cuando fue la última vez que durmió así de bien, probablemente nunca. De todas formas él quería disfrutar ese momento de bienestar, si no fuera porque sus ojos se abrieron por completo reconociendo la posición en la que estaba y con quién estaba.

𝕬𝖗𝖑𝖊𝖖𝖚í𝖓 || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora