|37|

1.1K 220 166
                                    

Seungmin espió desde el arco extendido por el salón principal, desde esa altura nadie podría verlo, excepto los niños, quienes estaban enterados de su plan. 

La Reina Nam había comenzado las preparaciones para la fiesta de Navidad, en donde comentó mandaría invitaciones a Reyes de otros Reinos. Seungmin empezó a rezar, si alguno de esos hombres había sido visitado por él entonces se armaría un problema. 

Las empleadas y mayordomos se movían de lado a lado por el gran salón, llevando jarrones, mesas y sillones a todo el lugar. Al igual que telas delgadas y de colores hermosos. Seungmin casi cae del arco cuando se entretuvo siguiendo con la mirada una tela fina color rojo intenso.

Se concentró en su misión cuando con su vista periférica encontró a los niños haciéndole señas para que viera a la Reina Nam. Así lo hizo. 

La Reina se encontraba en la terraza que daba a las escaleras hablando con Sebastián, uno de sus mayordomos. Discutían sobre el nombre de los Reyes a los que invitarían. Seungmin necesitaba saber.

— No, es demasiado grosero, quítalo de la lista.

— Pero su majestad, su Reino es muy influyente, su presencia haría crecer la reputación del Reino de su hijo.

La Reina Nam hizo una mueca observando la lista, momento después asintió. — Tienes razón Sebastián, que manden una carta para él.

Seungmin odió su miopía, no podía leer los nombres escritos en el pergamino correctamente, era frustrante, por más que se inclinaba sobre el arco hasta el filo no lograba leer ni la primera letra.

Se iba a tirar de esa altura.

Kai codeó a Taehyun cuando vió a su papá caminar en dirección a ellos. Taehyun giró a verlo confundido pero pronto su expresión cambió a una de espanto y avisó a Soobin y Beomgyu.

Los dos últimos menores saltaron en su sitio con las manos extendidas para llamar la atención de Seungmin pero el pelirrojo era ignorante a estas.

Los niños empezaron a entrar en pánico, pero era tarde, el Rey ya se encontraba frente a ellos, cruzado de brazos y con una ceja alzada. El que tuviera las mangas de su camisa arriba de los codos intimidaba a los menores. 

— ¿Qué hacen aquí niños? Se suponía que tenían clases con Jungkook.

Los pequeños se miraron entre ellos antes de que Beomgyu empujara a Soobin al frente. El de ojos bambi carraspeó. — Si, majestad, verá, como usted ha dicho, "se suponía" pero papá Jungkook nos ha dado el rato libre hasta después del almuerzo pues acabamos de presentar con éxito un proyecto sumamente difícil, y como recompensa ahora estamos paseando un rato para distraernos de los deberes escolares, ¿sabía usted que pensar mucho en trabajo genera dolores de cabeza y palpitaciones aceleradas en-

— ¿Dónde está Seungmin?

Soobin parpadeó. — ¿Quién?

— Seungmin está a cargo de cuidarlos, de él no pueden alejarse.

Beomgyu abrió la boca. — Oh... — exclamó con un tono agudo nervioso que trató de ocultar — no conocíamos esa información, lo sentimos.

— Tal vez ustedes no, pero Seungmin sí, ¿dónde está él?

Kai iba a empezar a llorar en cualquier momento. Soobin lo sabía y rogaba a los cielos que el señor Seungmin se apresurara con su tarea porque se le acababan las distracciones.

— Él... el señor Seungmin fue a- 

— ¡Ay!

Hyunjin dió la vuelta en el momento exacto en el que Seungmin terminó de pararse del piso. Al ver a los niños siendo interrogados por el Rey no le importó, saltó de una gran altura, corrió por el arco de piedra en el techo y cayó detrás del Rey con un gran estruendo, y de paso se machucó las rodillas.

𝕬𝖗𝖑𝖊𝖖𝖚í𝖓 || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora